capítulo 8

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Los dos chicos estuvieron quietos en el pasillo esperando que alguno de los dos se explicara, Rubius quería que explicara que hacía aquí porque en todo el año que ha venido a este sitio en ninguna se topó con el azabache frente suya que parecía estarle recorriendo el cuerpo con su vista.

Estaba consiente, eso lo sabía perfectamente. ㅡ ¿Cuánto has bebido?

ㅡ Cuatro shots y un refresco ㅡ. Fue lo que respondió el azabache, no era realmente algo y sinceramente estaba contento por las bebidas ingeridas. ㅡ ¿Qué haces aquí?

ㅡ ¿Realmente importa? ㅡ. Los ojos del más alto brillaron, estaban en un ambiente movido y con la música de fondo se escuchaba lejos.

ㅡ No me interesa estar en el mismo sitio que tú ㅡ. Aclaró, la sonrisa que le dedicó el contrario no fue de su gusto pero bajo la nula luz del sitio no se lograba apreciar completamente bien.

El menor sujetó el cuello del más alto logrando que este se inclinará hacia él, para su esperar recibió ese aroma a vodka chocar contra su nariz indicándole que había dicho la verdad anteriormente, humedecio sus propios labios antes de decir, ㅡ Tampoco me interesa.

Sus rostros estaban cerca y sentían la respiración caliente del otro chocar, el azabache estaba teniendo una pelea consigo mismo y eso lo sabía Rubius con mayor seguridad ante su lenguaje corporal acompañado de esa mirada que sostenían sus ojos.

ㅡ ¿Sucede algo? ㅡ. Sonrió con los labios cellados ladeando su cabeza y quedando incluso más cerca al azabache, estaba jugando con él. Sus labios rozaban y por el poco tacto, el albino sabía que eran suaves y llenos de tentación.

ㅡ ¿Qué haces? ㅡ. Encontró su voz, no se movio en ningún momento y simplemente luchaba con las ganas de querer sujetarlo. Rubius notó como luchaba con controlar sus manos, le causaba diversión pero no iba admitirlo en voz alta.

ㅡ ¿Quieres sujetar mi cintura? ㅡ. Sus ojos se abrieron con sorpresa ante aquella invitación, ninguno de los dos sabían si era por las copas o por sasear la necesidad. Normalmente, Rubius venía a liarse con alguna persona aquí y era lo que el azabache había interrumpido aquella vez.

El albino se alejó antes de que pudiera responder y lo empujó contra la pared retomando su rumbo a una puerta alejada más al fondo del pasillo trasero llegando a el balcón espacioso y vacío del club, quería fumarse un cigarro antes de ir a buscar a Fargan y Nieves.

Pero un ruido detrás suya interrumpió su tranquilidad indicándole que alguien más había entrado por aquella puerta, dio vuelta y apreció al azabache parado a un lado de la entrada con la mirada confusa y ojos furiosos.

El albino le dedicó una mirada y fue cuando el mayor tomó la valentía de acercarse al chico con seguridad, Rubius supuso que quería preguntarle por qué demonios hizo eso en el pasillo y estaba listo para decirle que estaba aburrido. Ver a su enemigo, un obsesionado con el deporte que más detestaba, le sumaba diversión a toda la situación.

ㅡ ¿Por qué?

ㅡ Deberías cambiar tu vocabulario conmigo, sólo sabes decirme una misma pregunta ㅡ. La mirada avellana se volvió aburrida analizando al azabache quién parecía que en cualquier momento se pondría a gritar.

Cualquiera mentiría si les dijera que no había tensión entre ellos, incluso no supieran con exactitud de que tipo de tensión se estaba hablando la había.

Tendrían un juego de primer encuentro en dos semanas y si lograban ambos equipos sobrevivir los proximos juegos, se encontrarían en finales de temporada peleando por la copa.

El albino tiró un jalón de la camisa contraria chocando sus labios con los prohibidos, era un ósculo brusco e intenso. Sus belfos eran suaves y dulces, amargos ante el alcohol que había ingerido dentro del local y la sensación de cosquilleos recorrer por sus belfos se intensificaron.

Los chasquidos del beso eran lo suficientemente altos para escucharse sobre la lejana música, sus jadeos y gruñidos atraídos por la intensidad, ninguno estaba seguro de lo que hacían y eso le jodia rotundamente a Rubius.

ㅡ Maldita sea, te odio ㅡ. Dijo el albino alejándose bruscamente del azabache, un jadeo se escucho por parte de ambos ante la repentina acción. El azabache reaccionó y sintió algo recorrer su cuerpo, ¿miedo? ¿culpa? ¿algo?

Rubius vio al azabache acercarse nuevamente hacia él y no teniendo nada que perder dejó que su respiración se callara en la boca de su enemigo. Retrocedió un poco chocando contra el balcón, puso una mano por encima del borde sintiendo la lengua caliente y húmeda del azabache recorrer por su cavidad bucal. La mano izquierda del albino sujetó la nuca de su mayor así logrando tener sus dos manos ocupadas mientras Vegetta sujetó la cintura frente suya con presión, los dos comenzaron a jadear en los labios del otro nublados por la situación del momento casi olvidando con quién se estaban liando el uno con el otro.

Ya cegados por absolutamente todo, el azabache fue el primero en acariciar la cintura y abdomen del menor sintió la fría piel chocar contra sus manos calientes, esto le robo jadeos y escalofrios a Rubius quién los ahogo en la boca de su mayor. Antes de llegar lejos, fue el capitán quién se detuvo.

ㅡ Espera.

ㅡ Olvídalo ㅡ. Dejó al azabache en el balcón vacío mientras fue a buscar a sus dos compañeros para irse a los dormitorios. No quería pensar nada, no ahora que había besado inconsientemente a uno de sus enemigos que solo había visto alrededor de ocho veces.

Nada, es nada pensó mientras se alejaba del local.

Nada, es nada pensó mientras se alejaba del local

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flawless ★ rubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora