flawless ★ rubegetta

capítulo 26

Las cosas en casa eran demasiado calmadas y era justo lo que necesitaba en estos momentos después de todas las cosas que estaban sucediendo, incluso supiera que todo esto acabaría pronto no estaba de más disfrutar el momento.

Sintió que por fin descanso al dormir, que pudo cerrar los ojos y dejar su ser completamente despejado de su alrededor. Estar encerrado en esas cuatro paredes le daba mucha paz interior, ese aroma a vainilla combinado a mocha le relajaba y sentía la presencia de la única persona que no lo abandono en todos estos años en casa.

Pero todo tenía su fin, cuando por fin logró abrir los ojos y tomar la consiencia de su cuerpo se dio cuenta que la voz de un hombre resonaba en el primer piso de la cama. Suspiró y se esforzo para salir de la cama para averiguar de que se trataba en este caso, la voz de su padre era muy distinta asi que estaba alegre de que no se trataba de él.

Ladeo la cabeza viendo a dos hombres sentados en la sala junto a su madre, parecían estar hablando de algo importante pero de igual manera decidió acercarse.

ㅡ ¿Mamá? ㅡ. La señora se volteó para dar una linda sonrisa a su hijo y con su mano le pidió que se acercara a ella, eso hizo tomando asiento. ㅡ ¿Quienes son?

ㅡ Son unos amigos de tu padre, al parecer vienen por ti ㅡ. Explicó mientras tomaba de la taza de té que ella misma preparó, eso inquieto un poco al peliblanco pero su madre colocó una mano suya sobre el muslo de su hijo para calmarlo.

ㅡ Son ordenes del Señor Doblas, necesita a su hijo para entrenar junto a Willy ㅡ. Habló el hombre aclarando sus intenciones de manera correcta y explicando su cometido.

ㅡ Rubius está a mi cuidado, mi hijo puede que haya aceptado seguir con el tema de los Hermanos Doblas pero legalmente yo tengo la custodia ㅡ. Dijo la Señora Gundersen molesta dejando su taza de té sobre la mesa.

ㅡ Su hijo tiene diecinueve años, puede tomar decisiones solo. ¿Rubius?

ㅡ He aclarado todo, no va a practicar durante sus meses de descanso y Rubius no se va de esta casa ㅡ. Afirmo, le tiró un vistazo a su hijo mientras apretaba el muslo izquierdo gracias a la tensión de la conversación.

ㅡ Yo.. no quiero ir con mi padre, lo lamento ㅡ. Finalmente habló, los hombres suspiraron y uno salió con el móvil en la mano.

Todo esto se sentía tan irreal, sentía que volvió a meterse en una vida que no le correspondía por segunda vez. Rubius siguió con la mirada al señor que vestía de negro y salió con el móvil en las manos, pero el que se quedo dentro solo miraba a ambos.

Había tensión y no lo iba a mentir, su madre no iba a dejar que se lo llevaran y solo eso le bastaba para sentirse seguro aquí mismo. Técnicamente su padre no podría hacerle nada aquí, o eso esperaba.

ㅡ Volveremos con el Señor Doblas en los próximos días ㅡ. Dijo una vez el contrario volvió a la habitación guardando su móvil.

ㅡ Bien, así le explico yo misma que mi hijo no se va de esta casa ㅡ. Le sonrió a ambos para guiarlos hasta la puerta de salida, sentía ese gran alivio de saber que su madre estaba aquí para cuidarlo.

Rubius sintió que podía respirar cuando el coche se alejó hasta desaparecer de su vista, su madre cerro la puerta detrás suya y le dijo que no se preocupara más.

Estaba dudando de su decisión pero ya no había vuelta atrás, tenía que seguir con los hechos como vinieran por delante. Pero no quería abandonar su vida actual por algo que solo iba a beneficiar a su padre y posiblemente a Willy, pero todo pensamiento abandonó su mente cuando su madre llamó su nombre.

ㅡ Rubius, ¿Por qué no sales a pasear un rato? Antes de que oscurezca ㅡ. Le ofreció y el peliblanco asintió, fue en busca de su móvil y seguidamente se cambió.

Se despidió y salió de casa hasta las calles de Bergen donde había muy poca gente pero era lo que necesitaba, llenó sus pulmones de aire mientras cerraba los ojos. El aroma, la brisa, el momento de estar lejos de la gran ciudad le daba paz interior.

Era justo lo que necesitaba.