flawless ★ rubegetta

capítulo 36

La mayoría de Los Osos estaban bailando con una bebida en sus manos, habían pocas personas en la sala de VIP pero se estaban divirtiendo entre todos como si se conocieran desde toda la vida. Nieves era la única sentada pero seguía incluida en las actividades que hacían bailando, la pelirroja estaba borracha y esa era la razón por la que quiso sentarse un rato: es primeriza.

Un sonido fue lo suficientemente alto para llamar la atención del capitán que tenía el uniforme naranja en la cancha, desvió la mirada hasta la entrada VIP viendo una cabellera oscura aparecer por allí. Con una sonrisa se puso de pie para ir a robar a su novio un instante, y para su suerte ninguno se dio cuenta que Rubius se alejó del sitio.

ㅡ ¿Me extrañaste? ㅡ. Murmuró contra los labios húmedos del azabache cuando las fuertes manos de Vegetta sujetaron su cadera firme haciendo que sus cuerpos se pegaran, tenía aroma a alcohol pero sabía bien que no estaba borracho.

Se escondieron detrás de la entrada de los VIP cerca del balcón, pero lo suficientemente dentro para no ser vistos por fuera. Sus rostros estaban cerca teniendo sus respiraciones chocando gracias a que la música era alta y no escucharían al otro hablar aunque quisieran estar separados; debían ser discretos.

ㅡ Toda la noche llevo pensando en ti, ㅡ La voz de Vegetta estaba ronca y eso mando escalofríos por el cuerpo del peliblanco, un jadeo escapó de sus labios por las sensaciones que recorrieron su cuerpo. ㅡ Quería verte.

ㅡ Dilo otra vez, ㅡ Pidió apegando su cuerpo a la anatomía contraría, plantó castos besos húmedos sobre los labios ajenos como pedimiento. ㅡ Por favor.

ㅡ Te llevo pensando toda la noche, ㅡ Vegetta sabía lo que hacía y Rubius no iba a negarlo en absoluto. Amaba sentirse asi con el azabache. ㅡ Quiero robar a mi chico de su equipo un momento.

Con tan solo palabras Rubius ya estaba sintiendo su respiración ser cortada, los labios del azabache se unieron lentamente con los ajenos en un beso húmedo y necesitado. Las manos de Vegetta acariciaban la cintura del más bajo siendo un desastre gracias a la ropa que tenía puesta; en algunas partes podía tocar su piel. Las manos de Rubius sujetaban la camisa oscura del más alto porque en un inicio tenía sus manos recargadas en su pecho.

Una risa suave escapó de los labios del peliblanco entre el beso, ㅡ Tranquilo, nos van a descubrir así.. oh..

El azabache había bajado sus besos de los labios de Rubius hasta su cuello en ese pequeño instante; la zona sensible del ojos avellana. Lamia y mordia aquel sitio con intenciones de dejar alguna marca visible en el futuro, algo que Rubius no detuvo tampoco.

ㅡ Mi amor.. ㅡ Jadeo Rubius inconsiente, sus manos apretando los hombros del mayor para apoyar su cuerpo en algo sintiendo que no podia poner fuerza en sus piernas.

ㅡ Me gusta que me digas así, hazlo más seguido ㅡ. Levantó la cabeza de la curvatura del cuello ajeno y plantó un beso en los labios hinchados de su novio, ㅡ ¿Crees que les importe que te robe más tiempo?

ㅡ Tsk..ㅡ. Soltó una risa negando, le parecía divertida la situación. ㅡ ¿Y yo puedo robarme a mi novio?

ㅡ Dudo que me vengan a buscar aquí, hasta entonces si.

ㅡ Mhm será mejor que vuelvas, levantarás sosp.. ha! agh Vegetta ㅡ. Gimoteo con sorpresa cuando el nombrado apretó los glúteos del peliblanco. ㅡ Nos van a encontrar si o si, eres un tonto.

Volvieron a besarse. Esta vez, hubo más toqueteos por parte de ambos mientras estaban contra la pared del local. Los dedos pálidos de Rubius se entrelazaban con los cabellos oscuros del mayor, y Vegetta se encargaba de jugar con los glúteos del más bajo entre el beso. Quizás era la adrenalina de saber que podían ser encontrados en cualquier momento, o tal vez no, no lo sabían porque amaban sentirse así cada que podían.

Pasaron algunos minutos así perdidos en su mundo cuando comenzaron a escuchar una voz llamar el nombre del capitán, el azabache suspiro pesado no queriendo soltar al peliblanco por más que tuviera que hacerlo.

Rubius solo se detuvo, en contrario a Vegetta, él sólo mantuvo la calma antes de alejarse de su novio cuando escucho la voz de Nieves llamarlo desde adentro. Un casto beso fue dejado en los labios de su novio antes de sacar un vape de su bolsillo, se adentro hasta el sitio estando a la vista de la pelirroja.

ㅡ ¿Mhm? ㅡ. Alzó una ceja con los ojos a su dirección, viendo como seguían bebiendo los demás, sabía que sólo se dio cuenta que se había retirado después de un buen rato. ㅡ ¿Sucede algo?

ㅡ Oh, sólo no te miré aquí, ¿estabas afuera? ㅡ. Soltó una risa suave y asintió viendo el humo salir de los labios del albino, suspiró tranquila y dejo caer sus hombros. ㅡ Volveré con los chicos, ¡avisa cuando te retires, eh!

La observó alejarse hasta el fondo del local donde todos estaban bailando y bebiendo aún, eran bastante fiesteros asi que nunca dudaba de las capacidades de sus compañeros. Nieves caminaba algo ladina, pero seguía cuerda según dio a entender.

Unos cuantos pasos la vio dar para regresar al sitio donde se encontraba el pelinegro viéndolo con desesperación y cariño, estiro un brazo para rodear su cintura y poder abrazarlo.

ㅡ Será mejor que vuelvas ㅡ. Susurró Rubius viendo a su novio y sopló el humo contra el rostro ajeno, Vegetta tosió suave con una sonrisa pequeña.

Atrapó el vape con sus labios cuando el albino se lo extendió, cuando tuvo una buena cantidad unió sus labios con los de su chico pasando el humo hasta su cavidad bucal. Rubius se separó y abrió la boca dejando salir el humo despacio con una sonrisa pequeña con las caricias sobre su cadera que hacía Vegetta.

ㅡ ¿No quieres irte?