Madison Russell.
Las semanas seguían pasando y entre la universidad y la empresa muchas veces me quedaba muy poco tiempo para mí, aunque debo de admitir que a pesar de todo el cansancio, nunca me había sentido tan viva como hasta ahora.
Hoy se realizaría la inauguración del café en Seattle y para decir verdad estaba bastante nerviosa porque era primera vez que participaba en estos tipos de evento donde era una participante importante del negocio. Papá había estado dándome varias sonrisas orgullosas, pero seguía sintiendo recelos el motivo de su orgullo.
Comienzo aplicar un poco de labial para terminar todo mi atuendo para esta noche, cuando unos golpes en la puerta de mi habitación me hicieron desviar la mirada.
_ Adelante - respondo. La puerta se abre y aparece mamá portando un hermoso vestido color blanco.
_ Estás bellísima - dice mamá mientras me observa, me levanto del tocador para que pueda verme completa y mi madre abre los ojos asombrados - ¿Cuándo dejaste de ser mi pequeña niña? - pregunta mamá dando unos pasos hacia mí.
_ Hace mucho tiempo dejé de ser una niña mamá - digo y me acerco a ella para abrazarla y no duda en responder mi abrazo.
Llevo un vestido azul largo con abertura en una de mis piernas que le da un toque un poco sexi y coqueto.
_ Tu padre está muy emocionado con este nuevo proyecto - dice mamá lo cual asiento con mi cabeza como respuesta - está orgulloso de que su pequeña niña tenga este don en los negocios como él.
Y mi sonrisa desaparece y aunque intento disimularlo, mamá se da cuenta.
_¿En algún momento me van a decir por qué llevan más de un mes sin hablarse? - pregunta con un tono molesto - he tenido paciencia y he esperado que ustedes arreglen sus diferencias, pero debí imaginarme que el orgullo no los dejaría - continúa y yo doy unos pasos hacia atrás colocando una distancia entre las dos.
_ No es cuestión de orgullo, solamente mamá - contesto.
_ Claro que es cuestión de orgullo, siempre han sido ambos orgullosos. Tu padre primero prefiere comer piedras que admitir que se ha equivocado y sé que tú eres exactamente igual - sisea mamá.
_ Esto es diferente mamá.
_¿Qué ha pasado? - pregunta.
Muerdo mi labio inferior y niego con mi cabeza porque no quiero que mamá se entere de mi fracaso y mucho menos que se moleste con papá por el ultimátum que él me puso aquel día.
_ Hablaré con papá, lo prometo - digo mientras beso su frente a lo que ella suelta un suspiro resignado - no tienes que preocuparte.
_ Me preocupo, porque no me gusta ver cómo se están distanciando ambos. Tú eres los ojos de tu padre y aunque no me lo quiera admitir, este distanciamiento le está afectando más de lo que te imaginas. Y jamás hemos sido una familia rencorosa para comenzar ahora, siempre tenemos que estar unidos.
_ Lo sé, mamá - respondo, ella asiente y arregla algunas ondas de mi cabello antes de decir que me espera abajo con papá para partir.
Termino de aplicarme lápiz labial y bajo a la primera planta, una vez llegó papá está con mamá en la entrada y partimos al café en la ciudad de Seattle.
El viaje se hace corto y en cuanto llegamos ahí varias personas rodeando el local como también en su interior. Papá toma de la mano a mamá y se gira para buscarme y estira su brazo a mi dirección.
_ Este es tu éxito Madie, así que disfrútalo - me susurra antes de comenzar a ingresar al café donde lo primero que mis ojos ven e inconscientemente buscan a Alexander.
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El Amigo de Papá
RomanceMadison jamás debió fijar sus verdes ojos en los oscuros ojos grises del mejor amigo de su padre. Ella sabía lo inmoral que era fantasear en las noches con aquel hombre que la vio crecer. Y aunque Madison en su hormonal cabeza piensa que él siente l...