2. Siempre hay una primera vez (1/2)

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Las semanas siguientes a ese día en que el profesor le ofreció su amistad y hasta la festividad de Chuseok, la conducta de JungKook fue excelente. No solo en clase de biología, sino que en todas las asignaturas. Su madrastra y también directora del establecimiento, se sorprendió al no escuchar las constantes quejas y comentarios negativos en contra del muchacho. Ningún profesor, ni siquiera el recién contratado, manifestaba tener conflictos con él. Ya no había escapadas a media mañana, olor a tabaco en el baño del cuarto piso o reuniones secretas con la señorita Park en dicho lugar. Tampoco era expulsado del salón de clases por ofender o gritarle a algún docente y ya no rompía pruebas como si fuese un juego de infantes. Su conducta había mejorado notablemente. 

Incluso sus calificaciones, las que nunca fueron malas, mejoraron aún más ubicando a Jeon JungKook en tan solo un par de meses entre los veinte mejores estudiantes de todo el establecimiento. 

El muchacho de un momento a otro cambio. Fue como si un hermano gemelo y ejemplar lo hubiese suplantando durante ese tiempo. No solo era distinto en su trato con los demás o en su forma de relacionarse, sino que todo en él se veía diferente. Su mirada ya no irradiaba ese despreció constante, su forma de hablar se suavizó y su expresión fría se volvió tranquila y etérea.  

JungKook era consciente de su cambio y de cuán distinto lo percibían los demás, pero no podía evitar todo lo que le sucedía. Por primera vez se sentía tranquilo, estable y acompañado. Por mucho tiempo creyó que vivía en un gran y solitario océano, en donde en lugar de mantenerse a flote se ahogaba constantemente y la amistad del profesor Kim había llegado a su vida como un salvavidas muy difícil de evitar.

Sinceramente el profesor le agradaba, no solo porque le regalaba todo ese oxígeno que él aseguraba le faltaba, sino porque era increíblemente inteligente. Una especie de genio pensaba él. Decía cosas divertidas sin mayor esfuerzo, hablaba de temas interesantes y era tolerante con todo tipo de opiniones, sin importar que tan distintas fueran a las suyas. Además, siempre se veía feliz y de buen humor. Si lo miraba con muchísima atención sentía que toda la felicidad que el docente irradiaba llegaba hasta él y se colaba por su cuerpo, haciéndolo sentir mágicamente mejor y a pesar de que no tenían grandes temas en común y eran realmente muy distintos, el profesor lo respetaba y trataba como un adulto y no como el niño problema que todos decían que era. 

Al profesor también le agradaba JungKook. SeokJin sin mucho esfuerzo había descubierto que detrás de esa careta de adolescente rebelde existía un joven tierno, curioso y muy solitario. JungKook no era el mejor conversador del mundo y solía desconcentrarse con facilidad, pero siempre se mostraba interesado por descubrir y hacer cosas nuevas. Y era esa curiosidad e ímpetu de aventurarse el que atrapaba día a día al profesor. A veces SeokJin pensaba que JungKook tejía una invisible telaraña alrededor de él, pero en lugar de alejarse, día a día se dejaba envolver por esa sedosidad. 

Y fue gracias a su floreciente amistad que JungKook comenzó a quedarse hasta muy tarde en el colegio. Primero con la excusa de practicar taekwondo. Lo que realmente si hacía. Era parte de la selección de su colegio y se tomaba muy en serio su rol de seleccionado practicando diariamente sus movimientos, pero no solo se quedaba por ese motivo, sino que también lo hacía para esperar al profesor Kim. Por lo general, SeokJin daba a última hora clases con los cursos de tercer año. JungKook iba en segundo y salía más temprano en relación a los que estaban por graduarse, por lo que hacía hora en el gimnasio y en muy raras ocasiones en la biblioteca haciendo una que otra tarea pendiente. 

La directora, la señora Jang DoYeon, era consciente de que su hijastro o hijo como prefería llamarlo tenía una excelente relación con el profesor Kim. A pesar de que el hombre no era de su total agrado debido a todos los rumores que lo rodeaban; homosexualidad, acoso, bulling, libertinaje y una interminable lista inventada por un compañero de universidad. Ella decidía hacer a un lado su recelo y permitía que el muchacho pasara todo el tiempo que quisiera junto al profesor. Pensaba que mientras estuviesen en el establecimiento y a su alcance, nada malo podría pasar. 

Misbehavior (JinKookJin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora