JungKook tenía una mirada difícil de descifrar.
DoYeon había intentado con toda su paciencia saber cómo se sentía, pero siempre se topaba con una robusta pared. Antes de lo ocurrido, la comunicación entre ellos ya era compleja.Prácticamente inexistente porque JungKook era un experto esquivándola, pero ahora... Ahora la situación era insufrible, el muchacho no solo no le dirigía la palabra a ella, sino que no se comunicaba con nadie.
Desde su regreso solo se limitaba a obedecer en silencio.
Daba la impresión de que toda la capacidad humana de sentir se había esfumado de su cuerpo. Aunque en ocasiones presentía que aquello no era más que una careta y que en realidad se esforzaba enormemente por esconder sus verdaderos sentimientos.
Jamás se veía vulnerable y había vuelto a ser ese chico que vivía ajeno al mundo y al cual no le importaba absolutamente nada. El ceño fruncido y la mirada impenetrable lo acompañaban desde que se levantaba hasta que se acostaba o al menos hasta que cerraba la puerta de su habitación. Lo que sucedía en el interior, era un verdadero misterio para DoYeon.
Cualquiera que supiese la verdad de aquel incidente, el padre de JungKook no deseaba que su hijo fuese el centro de comentarios malintencionados, por tanto, la versión oficial que todos sus cercanos conocían era de que el chico había sido víctima de un violento asalto a pasos de su casa, habría pensado que lo sucedido tres meses atrás no le había afectado en absoluto, pero ella sabía que no era así.
Aún recordaba los primeros días después del hospital. Sus lesiones habían sido graves, pero no tanto como las de SeokJin, y había sido sometido a una intervención quirúrgica. Así que en un primer momento pensó que su actitud excesivamente silenciosa se debía a los analgésicos para el dolor, luego entendió que era muchísimo más que eso. JungKook había construido un muro a su alrededor y no dejaba que absolutamente nadie lo cruzara.
Penosamente también recordaba aquella noche y las agonizantes horas que vivieron en esa fría e impersonal sala de espera.
La llamada los había atrapado viendo el noticiario y el padre de JungKook esperó lo peor. Cuando llegaron al hospital la sensación de que lo fatal era irremediable no cambio hasta pasada la madrugada. Al menos para los familiares de Jeon.
Sin embargo, a pesar de que su operación había finalizado sin inconvenientes, JungKook estuvo dos días inconsciente, vagando en un bosque con árboles monstruosos que lo perseguían y atacaban. Cuando al fin despertó fue cuando se dio cuenta de que nada de lo sucedido había sido un sueño y que lo ocurrido en aquel parque que visitaba cuando aún era muy pequeño, no era más que la espantosa y cruda realidad.
Quizá por lo mismo necesitó de un par de días para reunir valor y atreverse a preguntar por Jin. Cuando al fin lo hizo, DoYeon estalló en lágrimas. No sabía cómo responder aquella pregunta ni mucho menos cómo reaccionaría JungKook.
Pero sus lágrimas fueron más letales que cualquier palabra, JungKook se desesperó.
En el pasado ella aborrecía cuando aquello sucedía, cuando el chico perdía la razón; gritaba, maldecía, lloraba y arrasaba con todo lo que estuviera en su paso, porque no sabía cómo lidiar con sus descontroladas emociones. Ese día tampoco supo cómo actuar, pero ahora sentada a su lado le hubiese gustado presenciar uno de esos arrebatos, al menos comprobaría que aún quedaba algo en él. No importaba si eso era rabia o frustración.
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Misbehavior (JinKookJin)
FanfictionEl profesor Kim SeokJin necesita un trabajo y el estudiante Jeon JungKook de alguien que le dé un poco de ese cariño que la vida le ha negado, así que, inesperadamente y arrastrados por las necesidades de ambos se hacen amigos, pero lo que nace entr...