1. ¿Quieres que duerma contigo?

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El rumor que crecía como hiedra venenosa por los patios del colegio decía que el profesor marica de biología tenía una relación inapropiada con uno de sus estudiantes.

Uno sin nombre, sin edad o identidad. Podía ser cualquiera, porque cada vez que el rumor avanzaba por los largos pasillos, el alumno cambiaba. Nunca era el mismo y jamás se repetía, por lo que después de un mes, Kim SeokJin podía decir que se había involucrado con más de la mitad de sus estudiantes. 

Nadie tenía la certeza de aquel romance prohibido, pero el que no existiesen pruebas o testigos no evitaba que los murmullos se intensificaran cuando el profesor de biología avanzaba a paso seguro por los corredores del colegio. 

Por ese motivo ruidoso, la directora Jang lo había citado en su oficina a mitad de ese primer semestre. A primera hora de la mañana, con Bach de fondo en un volumen casi imperceptible, un humoso aroma a café tostado y unas galletitas de vainilla en el centro del escritorio. No sabía porque —quizá Bach tenía la culpa—, pero se sentía en una adaptación moderna de Orgullo y Prejuicio. JiMin y su obsesión con Mrs. Darcy lo habían obligado a ver la película más veces de las que quisiera y por su culpa no dejaba de pensar en que la directora Jang tenía la misma actitud de la Sra. Bennet; plástica por fuera, pero vacía por dentro. 

Las largas horas de conversación con JungKook le habían permitido bosquejar una mujer distinta a la que él creía conocer. Todos los recuerdos e historias del chico graficaban a una persona muy alejada de la imagen de madre asequible, protectora y abnegada que ella se esforzaba por mostrar. En especial cuando se trataba del menor. 

Aun así, alejó esos pensamientos e historias de su cabeza, bebió un poco de café y se concentró en la mujer que estaba frente a él. 

—Ambos sabemos porque lo he citado —comenzó a decir ella con un tono empalagoso. Esforzándose exageradamente en parecer amable y cercana. 

SeokJin tenía la seguridad de que la directora no tenía mayores quejas de él ni mucho menos de su desempeño docente, pero el rumor sonaba tan insistentemente por todo el colegio, que no tenía más alternativa que escuchar en silencio el sermón, la advertencia o la recomendación que le quisiera dar su jefa. 

—Sé que es joven y que es normal querer ser amigo de los chicos, pero le pido que tenga cuidado. Ser demasiado cercano con los estudiantes se puede transformar en un arma de doble filo. No olvide que antes de ser amigo de ellos es su profesor. No deje que lo mal interpreten.

Fue el sermón, advertencia y recomendación dada por la directora. Luego de esa mañana el tema no volvió a tocarse y ya para fines de ese semestre, nadie recordaba el rumor comenzado por YuGyeom, motivo por el cual SeokJin podía caminar tranquilamente por los pasillos, sin la necesidad de ocultar la cada vez más estrecha y real amistad que tenía con algunos estudiantes.

Aunque en realidad, su amistad era con solo un estudiante: Jeon JungKook. 

Y de los dos, JungKook era por lejos el más aliviado con que el rumor descansara en paz en el cementerio de los chismes. Si bien su nombre jamás había sonado a dúo con el del profesor, durante todo ese tiempo respiró con dificultad. Con temor a que alguien juzgara la amistad que ellos tenían o que le dieran un significado equivocado a su cercanía, por lo que ahora sentía que sus pulmones se llenaban con un poquito más de oxígeno. 

Pero eso no quitaba que por las noches y en la privacidad de su habitación reconociera una extraña presión en la mitad de su pecho. Una que aparecía cada vez que negaba lo que sentía y que nuevamente le dificultaba el respirar.  

Misbehavior (JinKookJin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora