5. En honor a sus silencios

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—¿Estás molesto? —preguntó JungKook.

Fue el primero en hablar después del considerable silencio que había reinado entre los dos. Permanecía apoyado en la pared del pasillo mordisqueando nervioso su labio y SeokJin reclinado en el marco de la puerta se tomó su tiempo en responder. 

Sinceramente no estaba molesto, lo que sentía era algo distinto. Un sentimiento extraño que no sabía cómo explicar. No llegaba a ser tan extremo como el dolor, pero era muy similar. Una mezcla entre frustración y ansiedad, como si estuviese herido, como si sangrara y no pudiese hacer nada para evitarlo. 

No se sentía culpable por lo que sucedía y estaba seguro que no debía disculparse por tener que quedarse en Corea para ayudar a cubrir sus propias deudas de hospital. Tampoco consideraba que JungKook fuera culpable de tener que ir a un vivir a un lugar tan lejano, pero si creía que era egoísta al sacar una y otra vez el tema arruinando sus pocos momentos juntos. Él tampoco estaba asimilando bien la idea de la separación. Estaba confundido y le dolía, quizá por lo mismo quería arreglar la situación. No quería que el viaje los pillara en medio de una discusión. No quería que JungKook se fuera creyendo que todo estaba mal entre los dos. No quería perderlo. 

Entonces negó con la cabeza. 

—No quiero seguir discutiendo —advirtió usando un tono hosco y más severo del usual. Ese que usaba en el salón de clases cuando el desorden y el ruido lo superaba. 

—No, Jin... Lo siento —dos pasos hacia delante y estaba frente a él—. Lo siento, ¿está bien? 

—Está bien —fue lo único que dijo.

Y aunque la cercanía impuesta por JungKook lo estaba matando y le picaban las manos por tocarlo, se mantuvo muy quieto esperando por él. Anhelando que redujera toda la distancia y que se deshiciera de una vez por todas de sus miedos. Sin embargo, JungKook, no lo tocó. Se mantuvo a unos centímetros de distancia, respirando sobre sus labios y mirándolo con tanta dedicación que se sintió frágil. 

—No quiero discutir contigo y tampoco quiero ser egoísta. Solo quería que nos olvidáramos del mundo mientras estuviésemos aquí —aclaró entre murmullos—. Te extraño demasiado como para seguir malgastando el tiempo en peleas. Lo siento. 

SeokJin lo observó con un brillo enternecido en sus ojos. 

Cómo podía rechazar su disculpa si JungKook lo miraba de aquella forma.

Cómo podía siquiera pensar en molestarse con él cuando sus ojos seguían teniendo ese brillo triste. Cuando sus ojeras no desaparecían y cuando cada vez parecía más vulnerable y aún más cansado que el día anterior. 

SeokJin simplemente no podía. 

Acunó su mano en la mejilla de JungKook y deslizó sus dedos hacia atrás, hasta que se perdieron en el oscuro cabello del chico. 

—¿Ya se te quitó el enojo? —cuestionó SeokJin a medida que las yemas de sus dedos masajeaban el cuero cabelludo del menor.

—Sí.

—¿Sabes que eres la persona más cambiante e impredecible que conozco? —JungKook asintió—. ¿Sabes que a veces me desesperas y logras que pierda la paciencia? —agregó haciendo que sus palabras sonaran tiernas, sin un ápice de crítica. 

—Lo sé. 

—Eres un jovencito caprichoso, Jeon JungKook —le dijo con un tono aún más tierno. Era como si le dijera que lo quería así tal cual; antojadizo, impredecible, impulsivo, silencioso, complicado, miedoso... 

Misbehavior (JinKookJin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora