4. Casi insoportablemente delicado

292 59 11
                                    





JungKook llevaba más de una hora rogándole al universo que por favor cooperara con él.

Le pedía que JiMin se fuera pronto, pero como siempre, el destino se empecinaba en ponerle todo tipo de obstáculos en el camino y ahora se sentía frustrado y hasta malhumorado viendo como JiMin entraba y salía de su habitación sin demostrar la más mínima intención de salir, mientras él extrañaba la cercanía SeokJin.

Lo extrañaba más que a su madre.

Lo extrañaba más que Elio a Oliver.

Lo extrañaba tanto que se sentía enfermo.

Lo extrañaba más de lo que en su vida había extrañado a alguien.

Veinte minutos después, respiró aliviado porque el universo si lo escuchó.

En cuanto JiMin salió del departamento abrazó a SeokJin por la espalda. Su corazón estaba latiendo tan rápido como las gotitas de lluvia que se enfrentaban con el cristal de la ventana. Eran tanto que creía que el corazón le explotaría en el pecho. La sensación era demasiado intensa.

Todo era demasiado. Aunque siempre era demasiado si se trataba de SeokJin.

SeokJin se mecía lento, como si estuviese bailando a un ritmo que escuchaba en algún remoto rincón de su mente. Pegó la espalda a su pecho y él subió sus manos hasta su cintura y las entrelazó justo encima de su vientre atrayéndolo hacia sí mismo. Sus cuerpos encajaron a la perfección.

—Han pasado demasiadas horas —fue todo lo que le dijo y luego se inclinó hacia adelante hasta que su nariz rozó el cuello de Jin. Su esencia lo llenó de nostalgia.

Hundió su rostro en el oscuro cabello del profesor y este echó su cabeza hacía atrás en busca de más contacto hasta que sus cuerpos se acoplaron y permanecieron en ese abrazo por muchísimo tiempo, siguiendo el vaivén de una melodía imaginaria, demasiado delicada para cualquiera que no fuese Jin y JungKook.

El mayor subió las manos y sus dedos buscaron los de JungKook para enredarse entre ellos. Con las manos entrelazadas y sus cuerpos fundidos en ese abrazo ser perdieron en la habitación.

Del abrazo pasaron a los besos. Se fundieron en el centro de la cama y un poco después la ropa que los separaba desapareció. Por minutos en lo único que SeokJin pudo pensar fue en que JungKook era precioso. Acostado ahora a su lado lo miraba con esos ojos oscuros de mirada vulnerable y él sentía como se quedaba sin aire en los pulmones mientras por dentro se derretía a fuego lento.

Se preguntó si JungKook estaba tan asustado como él.

El chico lo besó en los labios y se acercó aún más que antes.

SeokJin sintió al instante la dureza del otro y la suya cobró aún más vida, pero se obligó a ir lento, mientras Kook se acomodaba a su lado y apoyaba una mejilla en su hombro. En cuanto su mano lo rodeó, JungKook soltó un suspiro entrecortado y se derritió contra él.

Los segundos se convirtieron en minutos y SeokJin se permitió saborear el momento. Acarició su miembro con calma sin decir una sola palabra, sin besarlo, sin hacer nada más que mirarlo. El silencio de la habitación solo era perturbado por los suspiros roncos y bajos que escapaban de JungKook.

—Bésame —gimió el muchacho.

Entonces le pasó los dedos de su mano libre por el brazo y sonrió al ver que se le ponía la piel de gallina. Después, le acarició el cuello con la nariz inhalando el olor que desprendía el cuerpo de JungKook y lo besó en la zona sensible que se ubicaba detrás de su mandíbula. Pensó en reclamar sus labios, pero le gustaba escuchar los jadeos del chico, así que le chupó el lóbulo de la oreja y se lo apretó con los dientes, arrancándole un erótico suspiro.

Misbehavior (JinKookJin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora