Misbehavior (JinKookJin)

8. Tan íntimo y tan perfecto

JiMin y JungKook se encontraban en la fila para ingresar al cine. 

Cuando llegó al centro comercial en el que acordaron reunirse, era prácticamente la hora de inicio de la película, por tanto, JiMin lo obligó a quedarse a su lado. Tae se encontraba en el baño y estaba tardando muchísimo, así que a él le tocó tomar su lugar en la fila y armarse de paciencia para responder al millar de preguntas que JiMin comenzó a hacer sobre sus días en Finlandia. 

Unos metros más allá estaban SeokJin y ChanYeol, conversando entre risas y miradas cómplices, mientras hacían la fila para comprar palomitas de maíz, bebidas y papas fritas. JungKook llevaba un buen rato observándolos de lejos y aunque intentaba apartar su mirada de ellos, no podía y eso que JiMin no dejaba de buscar su total atención. 

Días atrás SeokJin lo había invitado a aquella salida al cine, pero cuando lo hizo solo dijo que era una salida grupal, ahora, sin embargo, podía notar que era mucho más que eso. Era prácticamente una salida de parejas; Tae y JiMin por un lado como la pareja perfecta y SeokJin y ChanYeol por el otro como la que recién comenzaba a conocerse. El ser consciente de aquello lo hizo sentir como el invitado paracaidista que hacía mal tercio o el violinista de una pareja que se aventuraba en la típica cita romántica que incluía una película popular de terror y un hombre miedoso.

Casi podía imaginar a SeokJin saltando en su butaca del miedo cuando la acción terrorífica comenzaba y a ChanYeol aprovechando el momento, rodeándolo por los hombros para tranquilizarlo. La sola idea era absurda porque se supone que era él quien tenía citas románticas con SeokJin o algo similar a eso. Aunque sinceramente jamás habían tenido una clásica cita, con salida a algún lugar lindo, besos a la luz de la luna y manos entrelazadas mientras caminaban felices por la calle. Es más, desde su regreso, esa salida era la primera que hacían juntos, ya que siempre resultaba más atractivo pasar el tiempo acurrucados que andando por ahí como dos buenos amigos. Aun así, los celos comenzaron a hacer estragos en su estómago y la sensación no era para nada agradable. 

—¿Por qué él está aquí? —le preguntó a JiMin cuando comenzaron a avanzar en la fila. 

—Se lleva bien con Tae y Jin —aclaró, entregando los tickets—. Organizamos esto hace tiempo. Las entradas ya estaban compradas. 

—¿Por qué no le dijeron que no viniera? —la pregunta salió sin filtro y sin que JungKook tuviese la oportunidad de procesar la idea. Solo se dio cuenta de que quizás estaba siendo infantil cuando JiMin lo observó de una forma muy difícil de descifrar. Finalmente, las entradas ya estaban compradas hace tiempo, antes de su regreso, así que quien sobraba era él y no el otro.

—No hay motivos para pedirle que no viniera —explicó JiMin—. ¿No te agrada?

JungKook no dijo nada y siguió avanzando detrás de JiMin mientras subían los escalones buscando sus butacas.

Antes de que las luces se apagaran, desde su lugar, JungKook observó como SeokJin ingresaba por uno de los extremos de la sala con dos porciones gigantes de palomitas mientras que pasos más atrás lo seguía ChanYeol con las bebidas en una bandeja.

Nuevamente se esforzó por quitar sus ojos de su ex profesor, por levantar la vista y por dejar de sonreír como un idiota cada vez que lo veía e incluso intento dejar de asesinar mentalmente a ese intruso que tanto se esforzaba por reducir la distancia con Jin. 

Quiso, entonces, concentrarse en lo que contaba JiMin, pero cada dos segundos sus ojos volvían a viajar a SeokJin que caminaba con cuidado mirando sus pasos y las pequeñas lucecitas que alumbraban los amplios escalones.