The Academy is -About a girl

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Last night I knew what to say
But you weren't there to hear it
These lines so well rehearsed
Tongue-tied and overloaded
You never notice

Era el cumpleaños de Kiba y el niño estaba muy emocionado por ello, más que nada porque iban a estar todos sus primos y amigos más aparte los tios que tanto quería, iba a cumplir doce años, ya era todo un adolescente y estaba muy contento con ello, su vida era perfecta en aquellos momentos y todo gracias al gran esfuerzo de su mamá a lo largo de su camino.

Lo iban hacer en la casa en la que estaban viviendo ahora con Ryan, su padrastro y una de las personas más importantes en su vida, junto con su hermanita, la hija del bajista, Maggie, se habían convertido en parte de su familia, eran igual de importantes que su madre, aunque ella siempre estaría en la cúspide de su corazón, era la mujer que el más admiraba en todo el mundo, y siempre y siempre quería hacerla estar orgullosa de él, por ende, sus calificaciones eran excelentes y hacia todo al pie de la letra como a ella le gustaba.

Iba bajando las escaleras, parecía que sus padres estuvieron despiertos desde temprano para adornar la casa con la temática de la fiesta, sería de uno de sus juegos favoritos, The Legend of Zelda. Compraron todo tipo de adornos y figurillas de la saga más aparte su pastel temático de ello, y la entrada de la casa estaba acicalada como un calabozo del juego de The Breath of the Wild, eso tenía a Kiba fascinado. Los adultos se habían esforzado mucho en tener todo perfecto para el hijo más grande de ellos y no escatimaron en los gastos ya que lo querían ver muy feliz, algo que lograron con creces.

—¡Feliz cumpleaños Kiba! —exclamaba Sayumi al verlo bajar por las escaleras.

El adolescente se sonrojaba y abrazaba a su mamá mientras que Ashton entraba con Maggie en sus brazos y al ver a Kiba ella comenzaba a aplaudir de felicidad y movia sus pequeñas manitas hacía él.

—Pumple Kibi —decía la niña muy feliz a la par de que el chiquillo la cargaba de manera feliz.

—¡Gracias Maggie! —dandóle un pequeño beso en la mejilla a la niña.

Ashton se acercaba a su hijastro y solamente ponía una mano en su hombro y sonreír, no tenían que decir más, Kiba entendía todo en ese momento, y se sentía feliz por ello.

Para las doce ya todo estaba en orden y listo para la fiesta, sólo estaban esperando a los invitados, pero, sobre todo, Kiba esperaba a uno o mejor dicho una en particular, la chica que siempre había sido su mejor amiga desde que tenía memoria.

Annie Lowllet Lancaster, la hija de su tía Astrid y su tía Fernanda, esa chiquilla que tenía ya ocho años y siempre estaba en su mente, no sabía por qué, pero todo el tiempo aparecía, el suponía que era debido a que era su mejor amiga de todo el mundo, más aparte de que siempre tenía una gran relación con las dos mujeres, se sentía seguro estando cerca de las tres, casi igual que con su familia nuclear.

El timbre sonaba e iba corriendo el chiquillo abrir, siendo supervisado por Ashton, para abrir la puerta.

Estaban ahí sus tíos Chris y Becca con sus hijos, April y Nick, quien el último traía un paquete en las manos.

—¡Tíos! Buenas tardes, gracias por venir —decía de manera educada el pequeño nipón.

—¡Hola, hijo! ¡Muchas felicidades! —respondía Becca abrazándolo de manera fraternal.

Nick chocaba los puños con uno de sus mejores amigos y le daba el regalo que traían para que Kiba lo llevara a la mesa de presentes.

Los adultos se sentaban en la sala mientras que los niños estaban en el patio.

La Melodía del AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora