Maurex - The Perfect Girl

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You're such a strange girl
I think you come from another world
You're such a strange girl
I really don't understand a word

Fer no había querido entender razón alguna cuando Astrid y sus amigos intentaban hablar con ella, estaba muy lastimada y después del episodio de Stephen, sentía que su orgullo había sido magullado, nunca en toda su vida la habían humillado de esa manera, tenía mucha frustración.

Sentía que nuevamente caía en una etapa oscura de la vida, quería estar bien con su esposa y a la vez tenía miedo de que el episodio de Kyle se repitiera nuevamente, estaba aterrada de perder todo lo que había construido con esta Astrid, sólo por la aparición del pasado de la gótica, pero ¿Estaba exagerando? No lo sabía, pero si se sentía muy mal en general, su corazón le dolía de solo recordar lo del poema, recordar lo de la comida y cuando peleo con la gótica al llegar tarde.

Todo se estaba yendo a la mierda ante sus ojos.

Sus amigos de igual manera estaban intentando hablar con ella, pero no quería decirles que había pasado esa vez, le daba pena, ella ya no necesitaba que la defendieran, era la emperatriz del mundo y sabía cómo hacerlo.

Se había estado quedando en la disquera, en su oficina, se bañaba en el gimnasio y mantenía una pequeña maleta con sus cosas necesarias ahí, para poderse cambiar diario, llevaba una semana así y en esa misma semana Astrid la había intentado buscar, pero no quería hablar con ella, no se sentía bien para ello y sabía que iba a terminar rompiéndose, que era algo que no se podía dar el lujo en esos momentos tormentosos por los que estaba pasando su relación, no quería perder a su familia, pero ella sentía que ya lo había hecho.

Algo que si noto cuando se confronto a Stephen es que sus ojos estaban lastimados, irritados, no sabía el por qué, tal vez una infección o alguna cosa así.

Astrid la sestaba pasando muy mal, odiaba no dormir a lado de Fernanda habiéndolo hecho por más de seis años seguidos, estaba tan acostumbrada y feliz de hacerlo, pero en esos momentos, con el lado de la bajista vacío y frío, su corazón estaba hecho añicos, destrozado y eso no era bueno para ella ya que estaba más irritable que de costumbre.

Alguien quien también estaba dándose cuenta de las cosas era Annie, quien le preguntaba a su mamá por Fernanday ella sólo le decía que había ido en un viaje de negocios, no quería hacer que su hija se angustiara con esto.

Su mayor miedo era que Fernanda le pidiera el divorcio, sabía que no podría reponerse de esto, ella amaba demasiado a la bajista cómo para perderla una segunda vez, se negaba a ello y no iba a permitir que el hijo de perra de Stephen se interpusiera entre su para siempre a lado de aquella pelinegra que la volvía loca.

Ella sólo tenía ojos para Fernanda.

Todo se había hecho un poco más difícil en poder joder a Stephen por que los de seguridad no les daban los videos a ellos, a pesar de Astrid ser jefa de una de las áreas más importantes de la empresa, no tenía el suficiente poder para ello, se necesitaba la firma a fuerzas de la jefa de la empresa, era una regla que Ray, el jefe de los guardias no iba a romper a pesar de ser la esposa de la jefa quien se lo pidiera, el era muy leal a Fernanda y seguía los protocolos como se debía.

Astrid había pasado a dejar a Annie a la escuela, se sentía feo dejarla sólo ella, y no cómo la familia que eran, pero hoy sería el día que iba a recuperar su vida de nuevo.

—Estudia mucho Annie, recuerda que tu tía Emily pasara por ti hoy —le comentaba la gótica a su hija.

—Si mamá.

Con ello Astrid le daba cien dólares y un beso en la frente.

Comenzaba a conducir a la empresa donde entraba al garaje dejando el carro en el lugar de siempre y le ponía la alarma para encontrarse con Ana, la novia de Fabián en el camino al elevador, ella era la subdirectora de la guardería que habían puesto en la disquera para los hijos de los trabajadores mientras que Maila era la directora.

La Melodía del AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora