𝐅𝐀𝐋𝐋𝐈𝐍𝐆 | Pedri González

－cap. ocho

El ambiente en el Camp Nou era increíble. Los aficionados del club catalán estaban ansiosos por el comienzo del partido, donde se definiría que equipo pasaba a la semifinal. Y todos se sentían esa pizca de esperanza, ya que el Barcelona Femeni tenía una ligera ventaja.

— Madre mía, si qué hay gente — Jana murmuro hacia Catalina, haciendo que esta última asienta con la cabeza.

— La verdad es que me alegra. Por fin estamos teniendo el reconocimiento que nos merecemos — la argentina le respondió a lo que Jana le dio la razón.

— ¿Como se preparan, mis niñas? — Alexia se acercó hacia las dos jóvenes con una sonrisa.

— Bien — Catalina le sonrió —. Siento buenas vibras en el aire hoy.

— Eso hasta que te pelees con alguna del otro equipo — Bruna la miró con un poco de burla haciendo que las demás, que estaban prestando atención a la conversación, asintieran.

— Eso solo pasa con cierta persona — la argentina se defendió a lo que todas la miraron con las cejas alzadas, porque no estaba diciendo la verdad —. Bueno, con tres personas — se rindió al final.

— Agradece que no tendremos que jugar contra el Arsenal si pasamos a la semifinal — Mapi le dijo —. Porque McCabe te la tiene jurada, tía.

— Siempre puedo hacer que se largue a llorar devuelta — Catalina se encogió de hombros.

— ¡Ese es el espíritu! — Claudia la apoyo.

— No la alientes, Claudia — Alexia la regañó —. Ahora, ¿vamos a seguir haciéndonos las tontas o nos vas a contar finalmente que es lo que se traen Pedri y tu?

Esa pregunta hizo que absolutamente todas pusieran su mirada en Catalina, quien se quedó tiesa en su lugar sin saber que responder. Pero parecía que la suerte estaba de su lado, porque a los pocos segundos apareció Jonatan para avisarles que ya debían salir. Y Catalina fue la primera en salir por la puerta.

— ¿Como es que siempre alguien nos interrumpe cuando le hacemos esa pregunta? — Patri preguntó confundida.

Cuando ya habían salido del túnel y estaban escuchando el himno de la Champions, Catalina hizo un escaneo visual del estadio, abriendo los ojos como plato viendo como sus padres estaban sentados al lado de Pedri, su hermano y Gavi.

«No te la puedo creer» pensó para si misma.

Un toque en el brazo hizo que Catalina mirara hacia su costado, encontrándose con Lucy, quien la miraba con una ceja alzada. La castaña negó con la cabeza, restándole importancia. Volvió su vista hacia el sector donde estaban sus padres sentados junto con Pedri, quienes les sonrieron cuando notaron que la fémina los había visto, provocando que ella también sonriera un poco.

Cuando ya se habían dado la mano con el equipo rival y habían saludado a las arbitras, cada una se fue hacia su lugar, listas para comenzar con el partido.

Durante los primeros minutos, el conjunto azulgrana tuvo posesión en la pelota y Catalina no dudó en patear hacia el arco en la primera ocasión que tuvo, pero lamentablemente la portera del Roma lo ataja. Y, como no, la argentina comenzó a putear.

— La concha tuya — murmuró para ella, pero Marta la escuchó y se rio un poco.

— Te duraron poco las buenas vibras — se burló de la argentina.

El Barcelona continuo dominando la pelota, tratando de debilitar un poco la defensa del Roma. Catalina corre con la pelota en sus pies y como veía que dos defensoras rivales se le venían encima, le hizo el pase a Fridolina, quien se encontraba sola. Y el primer gol se hizo presente.