-cap. veintinueve

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— Pedri, Pedri — Laporta suspiro —. ¿Que haremos contigo? — añadió en un murmuró.

El canario solo podía mirar sus manos, que estaban entrelazadas en su regazo, ya que no quería ver la cara de decepción del presidente del club.

— Solo quiero saber que ha pasado — Laporta volvió a hablar —. La última vez que los he citado aquí parecían bien, ¿que fue lo que ha cambiado?

— Tuvimos como una discusión, por así decirlo — Pedri levantó la vista —. Catalina me contó que no van a renovar su contrato, me enfade y huí, como siempre hago. Ella trató de hablar las cosas pero yo no quise escucharla y bueno, fui a un bar, me reencontré con una vieja amiga y pasó todo eso.

— Madre mía — Laporta susurro pasándose las manos por su cara —. Con respecto al contrato de Cata, a mi me da muchísima lástima tener que venderla a otro club, pero nos han ofrecido muchísimo dinero por ella y nos puede ayudar un poco en el financiamiento del equipo femenino — Pedri ante aquellas palabras rodó los ojos —. Además, va a ser la primera transferencia femenina millonaria de la historia.

— ¿Se supone que eso debe ayudarme en algo? — el canario le pregunto un tanto irritado.

— No, pero quiero que sepas que tanto ella como su representante trataron de llegar a un acuerdo y que no es culpa de ella tener que irse.

Pedri solo suspiro y se pasó las manos por la cara frustrado. Sabía que Catalina no tenía la culpa de nada, pero él siendo la persona terca que es no quiso aceptar eso.

— Joder, ya se que no es su culpa — susurro frustrado.

— Entonces, ¿por que te has enfadado con ella? — Pedri solo se quedó en silencio porque realmente no tenía una respuesta lo suficientemente justificada para explicar por qué se había enojado con Catalina, cuando ella le explicó miles de veces que no puede hacer nada —. ¿Y como es que has terminado con la otra muchacha?

— Comencé a beber todos los trago que ella me daba y bueno, perdí la consciencia.

— ¿Como que has perdido la consciencia? — Laporta le preguntó confundido.

— Si, bueno... en un momento me acuerdo salir del bar agarrado de ella, me subió a su coche y fue lo último que recuerdo. Después todo se volvió negro y desperté en su habitación.

— Ya veo — Laporta murmuro mientras trataba de conectar los cables —. ¿Y dices que te has despertado al otro día?

— Así es — el canario asintió apenado.

— Y..., ¿no te parece raro que no te acuerdes absolutamente de nada? — Laporta le pregunto —. Es decir, te acuerdas subirte al coche de ella y después que te has despertado en su habitación. Es medio extraño si me preguntas a mi.

— ¿Que está queriendo decirme? — Pedri preguntó confundido.

— Qué tal vez no has engañado a Catalina como todos creemos, que la muchacha te ha mentido de que habéis estado juntos pero no es así.

— No — el canario negó con la cabeza —. Yo la engañe y ahora tengo que enfrentar las consecuencias.

— Solo digo que me resulta extraño que no te acuerdes absolutamente de nada sobre lo qué pasó — Laporta se encogió de hombros —. Yo si fuera tu, hablaría con la otra muchacha y que te diga toda la verdad. Sería una lástima que lo tuyo con Catalina se termine por un malentendido, ya que hacen una buena pareja — sonrió con lástima —. Pero es solo un consejo de un viejo como yo.

Pedri se quedó sentado en su lugar procesando lo que Laporta le acabada de decir. Hasta que parece que algo le hizo click dentro de él, provocando que se levante de la silla lo más rápido que pudo y comenzó a correr hacia la salida.

𝐅𝐀𝐋𝐋𝐈𝐍𝐆 | Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora