-cap. tres

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Catalina soltó un suspiro cuando se sentó en el asiento del piloto en su auto. Había estado desde la mañana entrenando sin parar, y es que se avecinaba el partido contra Roma que se jugaría en tres días. Todas del equipo estaban entre ansiosas y nerviosas, pero se tenían mucha fe.

Arranco el auto y comenzó a manejar hacia su casa, escuchando canciones de Taylor Swift —y gritando aquellas en las que se sentía identificada—. Cuando se paró en una luz roja, su celular comenzó a sonar indicando una llamada. Por suerte tenía el celular conectado al auto, así qué haciendo un click pudo contestar sin tener que agarrar el aparato.

— ¿Hola?

— Hola, novia falsa — la voz de Pedri se escuchó del otro lado.

— Hola, Pedri — Catalina sonrió un poco —. ¿Cómo estás?

— Muy bien, ¿tú cómo estás?

— Cansada — hizo una mueca —. ¿Pasó algo?

— No ha pasado nada, solo quería saber si te apetecía hacer algo esta tarde noche... ya sabes, para seguir con el contrato.

— Mira, la verdad es que quiero llegar a mi casa ahora, bañarme y no hacer más nada. Si queres, te paso la dirección y cenamos ahí — hizo una pausa para después seguir —. Podemos subir una foto dando a entender que estamos juntos y así Laporta se pone feliz.

— Me parece bien — por más de que Catalina no lo pudiera ver, tenía la sensación de que el canario estaba sonriendo —. Luego pásame tu dirección.

— Bueno... adiós, Pedri.

— Nos vemos — el mediocampista se despidió.

La realidad es que durante los últimos días, Pedri y Catalina habían estado hablando bastante por mensaje, ya que la argentina tenía entrenamiento tras entrenamiento y Pedri... bueno, él mucho no tenia para hacer pero se mantenía ocupado haciendo campaña para las marcas con la que tenía contrato, como por ejemplo Adidas o Springfield.

Cuando la delantera llegó a su casa, se fue directamente a su baño para poder darse otra ducha, pero esta vez un poco más duradera. Una vez que ya estaba más relajada, se sentó en su sillón del living y espero a que el canario decidiera aparecer. Se metió en Instagram para ver las nuevas publicaciones del club, pero se llevó un poco de disgusto cuando vio varios comentarios sobre ella.

«Ojalá también tuviera lo de buena jugadora en persona», «horrible personalidad, buena jugadora», «¿en cuanto tiempo dicen que le mete los cuernos a Pedri?», y esos son solo algunos.

Cerró Instagram y dejó su celular de lado, tratando de no centrarse en aquellos cometarios. Nadie sabía muy bien que es lo que había pasado entre ella y su ex, pero decidieron apuntarla con el dedo a ella. Siempre había dos partes de la historia, y la gente solo decidió quedarse con lo que su ex había dado a entender sin siquiera darle una oportunidad a Catalina.

Soltando un suspiro bastante pesado, se levantó del sillón y fue hacía la cocina por un vaso de agua. Pero se detuvo en seco cuando el timbre de su casa sonó, indicando que su invitado había llegado.

Abrió la puerta y Pedri se dejó ver del otro lado, quien sonrió mientras levantaba una bolsa con lo que parecía tener comida dentro. Saludo a la castaña con un abrazo y se adentro a la casa de la chica.

— Como en casa, eh — Catalina soltó sarcásticamente.

— Pues, ¿si no tienes confianza conmigo, con quien más la tendrías? — Pedri le dijo con una sonrisa —. Traje sushi, pero como no sabía si te gusta o no he traído una ensalada César y unos aperitivos.

𝐅𝐀𝐋𝐋𝐈𝐍𝐆 | Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora