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JUDAS
Cuando nos sacaron a mitad de las clases para llevarnos a la direccion y me dijeron que tomara asiento para comenzarme a relatar como es que habían dado por desaparecida a Alex no podía creerlo.
La realidad parecía tan distante, las voces se oían amortiguadas.
El rostro con expresión amargada de Abismor fue lo primero que me vino a la mente.
Asi que sali corriendo a media charla dejandolo todo solo por ir en busca del tirano de cabello negro.
No me agrada pero lo necesitaba, lo necesitaba desesperadamente, el tiempo estaba en contra Alex ya podría estar....
Me obligue a alejar mi mente de esos pensamientos.
La nieve se había acumulado por todas partes, el cielo nublado, oscuro y gris parecía querer aplastarme bajo una presión invisible.
Corría a travez de la gente con desespero mirando en todas las direcciones buscando esos malditos ojos verde y a su odioso portador, pero no aparecía.
La sensacion sofocante aumentaba en mi interior, estaba segura de que estaba helando en los patios internos de la institución, pero la sensación que tenía de estarme quemando no se iría ni aunque me arrancará la piel.
Tenía que encontrarlo sin importar que, me daba igual si me obligaba a verlo amenazando o torturando, lo que sea, soportaría lo que sea si me ayudaba por esta vez, aun si eso significaba aumentar el número de deudas que tenía con el por su "amabilidad".
Pregunte por todas partes, hasta que unos chicos de último año, me dijeron que lo habian visto en clases en el edificio contiguo.
Suspire con cierto alivio, que estuviera aqui sumaba puntos positivos a mi plan.
Adoraba la arquitectura gótica y tan detallada de esta institución pero tuve que detenerme en medio de mi acelerada carrera escaleras arriba, me faltaba el aire, me dolían las piernas, estaba harta de todas estas escaleras.
Solo basto dar el primer paso dentro del aula vacía para quedar petrificada al ver a Taylor sentado en el escritorio con la mujer cobriza de rodillas frente a él, bajando con esmero el cierre de su pantalón.
La ira es casi palpable cuando nuestras miradas se encuentraron, trastabillo dudando antes de huir pero antes de lograrlo un grito atraviesa mis tímpanos.
- ¡Sal ahora mismo de aquí!
La mujer se asusta y se gira hasta dar conmigo, la sorpresa es evidente en su rostro, mientras es elevada con brusquedad del brazo por Abismor.
-En verdad lociento - es lo único que se me ocurre decir antes de salir corriendo y cerrar la puerta tras de mi.
Siento la cara arder de la vergüenza ajena, así que ¿eran pareja? después de todo, no quería ni pensar en que estaban a punto de hacer.