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GIRL IN RED
En toda mi corta vida no había sentido tantas cosas tan contrariadas en una sola mañana, bueno en realidad no había sentido nada mas que miedo en mucho tiempo.
Era tan extraño, por una parte estaba en shock por el descubrimiento de mi padre, otra parte estaba nerviosa por lo que pasó anoche, una ultima estaba aterrada por todo lo que había visto, y de cierta forma también estaba molesta con el amargado por haberme proclamada suya.
Mi mujer...
Sentí un inmenso deseo de que me tragara la tierra solo de recordarlo, me cubrí el rostro con las manos totalmente apenada
Mi Perséfone....
No podía quedarme quieta al recordar lo cerca que habíamos estado, rodé de un lado a otro, al no poder contener ese extraño deseo de gritar por . . . ¿la emoción?, caí estrepitosamente al suelo, el dolor en la cara me sirvió para acomodarme las ideas al parecer
Dios mío, que le pasaba a ese loco, un día me odiaba, me amenazaba con matarme, decía que no me soportaba y que todo de mi le molestaba, al siguiente decía que le pertenecía, que me quedara a su lado y que yo era su mujer, su Perséfone.
Me incorpore con el cuerpo agarrotado, probablemente había dormido demasiado, mil y un preguntas rondaban por mi cabeza totalmente ajenas a la crisis por la que estábamos pasando, de repente ya no importaba si había gourmand al acecho, mucho menos que Collins sea mi padre, ni siquiera me importaba el hecho de que había liberado al extraño que aparecía en mis sueños.
Quería saber a que se refería Taylor, ¿su mujer? ¿Qué quería decir eso? yo no era nada suyo.... y como es que lo proclamo sin el menor reparo, ¿me amaba?, no no dijo nada de amarme ¿verdad?
Yeng asomo su cabeza por la puerta, tenia el cabello en punta, y los ojos entrecerrados apenas abiertos en una pequeña rendija, la luz parecía molestarle, probablemente también se acababa de levantar.
-Escuche un ruido muy fuerte - dice con la voz pastosa, propia de alguien que apenas se levanta - ¿estas bien?
- Yeng, que bueno que apareces, tengo muchas cosas que preguntarte - exclame atropelladamente mientras me ponía en pie.
Había esperado toda mi vida por este momento llamado "charla de chicas", le dije todo lo que había pasado anoche con el amargado que llevaba un bosque en su mirada, por supuesto ella no disimulo su sorpresa y tuvo la boca abierta mientras oía atentamente.
- . . .y ahora creo que le pasa algo raro a mi cuerpo porque cada vez que estoy cerca de el mi piel hormiguea y mi corazón se acelera a tal punto que temo que me rompa una costilla o que...
Mis palabras son interrumpidas por una sonora carcajada proveniente de Yeng.
- No te rías, esto es grave - reclamo arrojándole una de las suaves almohadas de la cama.
