Capitulo 34

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WRONG

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WRONG

Axel Collins

El aire parecía quemar mis pulmones mientras me desplazaba veloz por el tortuoso camino repleto de nieve en medio del bosque.

El sonido de los rugidos de los gourmands tras nosotros sólo hicieron que quisiera correr aún más rápido, pero eso no sería posible, no cuando ahora estaba débil, hasta yo conocía mis limitaciones.

Sentí un tirón en el lado derecho de mi cuello y presione con mas fuerza para evitar seguir perdiendo sangre.

Fue solo un roce, un pequeño roce pero de no ser por mi extraña condición seguro me matan.

Todo paso muy rápido.

Estábamos investigando sobre el diario que nos dio el conde Dracula y derrepente había recibido un mensaje de un número desconocido diciendo que estábamos en un grave peligro.

Como si ya no estuviéramos lo bastante jodidos, las imágenes de lo que paso llegaban a mi mente y me cesaban, tal como harían los flashes de las cámaras que tanto me aman.

La rarita de Camile había llegada de la nada e ingreso sin permiso a la casa exigiendo saber donde estaba Meghan, ¿pueden creerlo?, cree que puede llegar a una casa ajena a hacer lo que se le antoje y por si fuera poco la acompañaba nada más y nada menos que mi "querida" hermana.

La vi de pie junto a la pelo en pausa portando un collar idéntico al de Meg, y su mirada me provocaba cierto repelús, había algo raro en ella, talvez fuera el sonido acelerado y fuerte del corazón de Yeng, talvez fuera la peste de su perfume extendiendose por toda la estancia, o el olor a propio del invierno que se filtraba por la puerta que seguía abierta y no se dignaban a cerrar.

Pero no lograba detectar alguna señal de vida en el cuerpo alto y delgado de la mujer que se parecía a mi.....almenos no de vida humana, algo había cambiado.

—Está es mi última parada— había dicho ella justo antes de atravesarle el pecho con una mano a Camile.

El caramelito ahogo un grito y por primera vez desde que nos conocimos sujeto mi brazo por voluntad propia.

Creí que solo iba a deshacerse de esa mujer pero entonces los ojos azules y fríos como el polo norte de Alex se habían dirigido hacia el caramelito.

—Mi más sentido pésame —había dicho de forma perturbadora la mujer rubia frente a mi.

Mi cuerpo reacciono antes de que pudiera siquiera pensar en lo que hacia y me interpuso justo al tiempo en el que mi hermana había revelado una afiladas garras ensangrentadas y casi le arranca la cara de un zarpaso a el amor de mi vida y futura madre de mis hijos, no había alcanzado a cubrirme así que los cortes se extendían desde mi cuello hasta mis pectorales, gracias a Louis Vuitton por hacer las camisas tan resistentes y de buena calidad o de lo contrario no me hubiera salvado.

TAYLORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora