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En el pequeño pueblo de Elora, hay todo tipo de atractivos turístico, ferias, restaurantes, hoteles, tienditas que parecen sacadas de algún cuento inglés, y chicos muy atractivos que guardan secretos retorcidos, aquí la gente vive tranquila y es feliz con la visita de turistas que viene a tomarse un descanso del ajetreo de la ciudad.
Un pueblo normal.
Nadie te dice que, en medio de la tranquilidad de este lugar, desaparecen niños en las ferias, que los restaurantes están controlados por un hombre misterioso que nadie conoce y que quien se hospeda en sus hoteles no vive hasta el día siguiente.
Nadie te dice que hay peligros en el bosque que superan con creces cualquier miedo que tuviera.
Nadie te dice que quien llega ya no podre marcharse.
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