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THE FAMILY JEWELS
Regresamos dentro de la casa, luego de haber superado la conmocion, el trayecto fue silencioso, todo el jardín estaba seco, perfectamente se podría hacer un ritual satánico en ese lugar.
La enorme sala blanca de altas paredes, de estilo minimalista y aspecto impecable a pesar del tiempo que nadie había vivido allí, era recordatorio eterno de que a la dueña le irritaban los colores fuertes, la suciedad y demasiados accesorios, lo único colorido que habia era su retrato en la pared.
Representaba a una mujer hermosa de piel caucasica, largos cabellos castaños oscuros ondulados, labios carnosos y ojos hazel, exactamente iguales a los mios.
Sentí repulsión al recordar como la gente solía decirme que me parecía mucho a ella y que en lugar de su hija parecía su hermana, era una "copia identica".
La amargura embargo mi ser, sentía la urgencia de salir de ahi corriendo, tenía grabado a fuego vivo en mi memoria todo lo que habia pasado en esa espeluznante casa, inconsientemente me encontré llevándome las manos a los brazos, al sentir una extraña comezón.
Fue solo entonces que note que seguía usando el abrigo de Taylor, su perfume seguía presente anclandome al presente, como un pequeño consuelo.
No me agrada, pero, Dios su perfume....
No pude evitar dejarme llevar aspirando con fuerza el delicioso aroma.
- Dime que viste lo mismo que yo y que no se me a quemado un cable de la cabeza -murmuró Axel bajando del segundo piso con varias almohadas y un par de mantas, se habia quitado su abrigo y caminaba descalzo por el piso de la costosa cemica hacia mi dirección.
- No se te a quemado otro cable yo tampoco entiendo que pasa - dije fijando mi mirada nuevamente en la carpeta que reposaba a mi lado más tranquila.
Axel frunce el ceño, la situación era exasperante, ni bien entrábamos a un dilema aparecía otro mil veces peor.
- ¿Que hacemos? - preguntamos al unisono ambos.
La respuesta era obvia, solo estábamos dando rodeos porque nos aterraba pensar en como llego un registro forense a esa casa, lo más perturbador es que se trataba de un registro con un nombre falso para quien conocíamos muy bien.
Rose Morgan no existe, pero Liliam Alessandra Bennett si lo hizo una vez, ya no más....
Pensé mientras volvia a poner mi mirada en el retrato que parecía seguir cada uno de tus movimientos con la mirada, una mirada de molestia como si la existencia de todo la ofendiera.
Reuní las pocas fuerzas que me quedaban y tomé nuevamente la carpeta.
La informacion estaba escrita de forma manual, habia hojas con cosas importantes como sus huellas dactilares, descripcion fisica, su registro dental y de seguimiento medico, tambien algunas fotos de la escena del crimen, tuve que hacer un esfuerzo inhumano para contener las arcadas.