capítulo 2

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Duncan era alto, pero aun así no podía ver muy bien a las personas detrás de la novia. ¡Por Dios, qué marcha tan lenta! Era como si diera un paseo adelante y dos atrás. Se preguntó qué pasaría si caminara y cargara a la novia, colocándola al frente de su primo. El cual miró para ver si lo apoyaba, pero vio cómo este espabilaba fuertemente, ya que sus ojos estaban cristalinos de la emoción.

Lo que hizo que contuviera su risa colocándose las manos al frente de su boca. —Duncan —escuchó el susurro de su tía en un llamado de atención, así como la torcida de ojos de su primo al ver su comportamiento. Sabía que entre lobos era imposible mantener una conversación en discreción debido a sus oídos.

No pudo evitar pensar que llevaría a una persona a experimentar tal sentimiento el día de su boda no se imaginaba llorando. Le parecía algo absurdo y patético, ¿por qué llorar si es un día de alegría? Se supone que te unes con el amor de tu vida, tu compañera predestinada; eso es motivo de alegría, ¿no? Pero, en fin, en este momento no le interesaba tanto si su primo lloraba o no. No sabía por qué su instinto le dictaba que conociera a la dueña de aquel aroma tan exquisito e indescriptible.

Alana estaba tan feliz por su prima y ver cómo se relacionaba el amor entre ella y Ian realmente hacía una hermosa pareja. Sabía que su padre no le agradaba que se relacionaran con otros clanes debido a sus habilidades, ya que la mayoría de las personas que se acercaban a ella lo hacían por malicia, querían utilizar sus habilidades de percepción de las energías o sentimientos de las personas a su favor.

Antes de que las puertas de la iglesia se abrieran, ella se puso al frente de Ailsa, la cual iluminaba con su energía. Podía ver los destellos que salían de ella en grandes cantidades, lo cual le agradó, ya que ver a su prima feliz le alegraba el corazón. Sin embargo, a pesar de los destellos, pudo ver algunas sombras alrededor de ella, lo que quería decir que su prima estaba dudando. Alana sabía que los de su clan podían sentir las emociones, pero no la podían ver como ella.

--Estás preciosa, y lo que salga de aquí –Alana llevó su mano al corazón de su prima– es lo correcto. - Alana sonrió al ver cómo los ojos de su prima se iluminaron y aquellas sombras se fueron despejando, dejando aquel brillo que siempre veía en Ailsa. Vio cómo le quedaba hermosa aquella corona de flores que ambas tejieron con ilusión para decorar su cabello, resaltando el dorado de este, así como los azules de sus ojos. El vestido de su boda era de un blanco perlado, ajustado en la parte superior y suelto en la parte inferior, dando la ilusión de un hada del bosque.

-No sé qué haré sinti, además siento que te voy a extrañar un momento –Ailsa le contó sus temores a su prima. A pesar de que estaba feliz porque se casara con el hombre de su vida, no era un secreto que estaba a punto de dejar el ambiente que conocía para pertenecer a otro clan distinto al de ella. Además, siempre fueron unidas y sabía que debido a este matrimonio se alejarían.

--Eres mi familia, y eso es algo que nadie podrá cambiar ni hoy ni mañana –dijo Alana para alejar los temores de su prima. Ailsa, al escuchar aquellas palabras, la abrazó sin ningún temor de arruinar su vestimenta.

--Eres mi hermana –este comentario hizo sonreír a Alana, que a pesar de que ambas tenían los mismos ojos, como todos en su clan debido a sus habilidades, el rubio de ella era un poco más plateado como el de su padre.

--Siempre –comentó Alana a las palabras de Ailsa.

--Vamos o el novio se desesperará –Alana sonrió al escuchar el comentario de su tío.

Una vez que escuchó las palabras de su tío, ella se posicionó en la parte de atrás, ya que era la encargada de ayudarla con el gran velo. Cuando las puertas se abrieron, ella sintió un cambio de energía en el ambiente, lo cual la hizo fruncir el ceño, ya que sentía una fuerte energía que la llamaba.

Vio cómo su prima comenzó con la marcha mientras la fuerte música sonaba por toda la iglesia. Sabía que su tío no había escatimado gastos en la boda de su única hija. Así como para su prima era duro esta boda, ya que representaba la felicidad de estar con la persona que amaba, pero al mismo tiempo alejándose de sus seres queridos, era el mismo sentimiento de su tío al entregar a su única hija a otra familia, así como verla feliz con el hombre que ella ama.

Cerró por un segundo los ojos y al abrirlos vio cómo todo el salón simplemente se puso de un gris, lo cual la confundió, ya que era para que cada invitado destilara sus variadas emociones. Pero al mirar al frente, vio unos fuertes destellos dorados que expulsaba una persona. Sabía que no podía ver bien hasta que estuviera cerca de aquella banca.

Pero no pudo evitar preguntarse quién era. Luego volvió a hacer un recogido de las emociones de los demás, y grande fue su sorpresa al ver que todos tenían sus colores como normalmente es. Simplemente, aquella luz de esa persona opacaba a los demás y hacía que ella sintiera una fuerte atracción sobre ella. Dio un fuerte respiro para tratar de identificar el género de la persona –es un hombre –pensó al utilizar las habilidades de su loba.

A medida que su prima avanzaba, la luz se hacía cada vez más fuerte, y ella estaba desesperada por conocer al dueño de aquella energía que la llamaba, ya que era la primera vez que una persona despertaba tanto interés en ella. Podía sentir cómo el latido de su corazón se hacía más rápido con el paso.

Duncan apretó fuertemente los pies al sentir cómo una necesidad lo estaba abrumando por conocer a la dueña de aquel encanto. Cuando la novia dio unos pasos al frente, permitiendo así que tuviera la visibilidad de aquella mujer, su respiración se le cortó al ver lo tan hermosa que era. Simplemente, era una exquisita aparición. Detalló cada parte de su cuerpo, desde aquel vestido dorado que entallaba su hermosa figura, así como la corona de rosas que decoraba su cabello rubio platino y aquellos hermosos ojos azules penetrantes.

Para Alana, le fue imposible apartar la vista del hombre que era dueño de aquel brillo. Sintió cómo su corazón latió un poco más rápido y cómo de repente sus manos empezaron a sudar – nervios – agachó su mirada para ver sus manos, ya que era la primera vez que experimentaba aquel sentimiento, y eso la emocionó. Sabía que su clan siempre cuidaba de las emociones de cada uno de sus miembros, por tal razón algunos pasaban la vida sin llegar a conocer otros sentimientos como la ira o la tristeza debido a las estrictas regulaciones, y ella hoy sentía nervios.

Volvió a mirar al hombre y se dio cuenta de que este tenía una mirada profunda y algunas cicatrices en su cuerpo, pero para ella esto solo lo hacía ver guapo y diferente entre los demás. Y lo que más le gustó fue el tamaño; era un hombre grande. Era un poco chistoso verlo junto a la madre de Ian, ya que ella era una mujer de constitución pequeña, y al lado de él solo lo hacía ver aún más grande, y eso le gustó mucho, además de su aspecto imponente con su cabello largo y aquella barba. Sonrió ante el pensamiento: "Él va hacer mi compañero", concluyó con una sonrisa.

A Duncan le fue imposible apartar el rostro de aquella mujer tan hermosa y por un milagro del destino, esta no apartó la mirada al ver su aspecto o su tamaño. Casi pudo jurar que le dio una sonrisa cautivadora.

--Ella es Alana Campbell, es prima de mi hermosa Ailsa y pertenece al territorio de los Galloway, es la hija del líder de la manada –Duncan no quiso mostrar incomodidad ante el comentario de su tía, ya que esto solo haría que lo molestara más, pero sabía que aquel comentario fue escuchado por cada uno de los presentes, incluido la mujer.

-Gracias, tía –dijo Duncan mientras miraba al frente y vio cómo la novia ya estaba al lado de su primo y cómo aquella mujer de nombre Alana se situaba al lado como dama de honor. Pero al mirarlo, ella se sonrió, mostrando que había escuchado cómo su tía lo presentó. Lo que más le llamó la atención fue cómo ella le susurró –Un gusto en conocerte –lo cual escuchó como si estuviera al lado de ella debido a su habilidad.

Espero que les gusten este nuevo capítulo 😃

un día, una noche y una boda Donde viven las historias. Descúbrelo ahora