LUCHAR POR LO QUE AMAS - PARTE 1

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Nota

Texto entre " ", pensamientos de los personajes.

Texto entre «», consciencia o voces de personajes terciarios.

MAAM

La calidez que envuelve mi cuerpo me hizo sonreír.

Dejar el plano astral después de vivir un hermoso momento fue muy difícil, pero Popp me prometió que podríamos continuar viviendo ese maravilloso sueño en el mundo real y solamente así le permití regresarme.

Al abrir los ojos, lo primero que vi fue su rostro, (los dos seguíamos en la cama de su habitación; él estaba dormido y parecía que no tenía intenciones de despertar).

Aprovechando su estado de inconsciencia, me dediqué a observarlo. Sus facciones eran serenas y me alegró encontrarlo más repuesto. Las ojeras que ensombrecían su cara habían desaparecido y aunque era notoria su madurez, su expresión relajada le había devuelto la apariencia juvenil de antaño.

Sus brazos se cerraron más a mi alrededor y nuestros cuerpos perdieron el poco espacio que nos separaba. Mis mejillas se pusieron calientes al darme cuenta de que aquí no tenía su camisa puesta y mis manos estaban tocando la piel de su pecho, (no tan desnudo a causa de las vendas que cubrían su torso).

La curiosidad que nació con aquella visión del futuro amenazaba con hacerme cometer la misma tontería que hice en el plano astral y me pondría a acariciarlo indecentemente.

"No tendría nada de malo... no quedamos en nada, pero si aceptó mis sentimientos, entonces significa que seremos novios, ¿no?", era un pensamiento lógico después de besarnos con esa pasión tan grande que me convirtió en una adicta de su boca.

Con la yema de mis dedos toqué sus labios.

"¿Esto es amar?", acerqué mi boca a la suya, "el deseo es parte de ese sentimiento y es la primera vez que lo experimento", junté nuestros labios en un tímido intento de beso, "¡despierta, por favor!, soy bastante torpe y necesito que me enseñes a demostrarte lo mucho que te amo".

A pesar de mi nerviosismo, me atreví a depositar pequeños besos en sus labios.

Aprovecharme de su inconsciencia debería haberme hecho sentir mal, pero la sensación de felicidad que me provoca ese sencillo contacto es demasiada y luego de un minuto de timidez, me encontré besándolo con ansiedad.

Popp no tardó en corresponderme y si antes me había abrazado con fuerza, ahora incluso pasó sus piernas por las mías haciendo que prácticamente quedáramos enredados.

No sé qué sucedió, pero de pronto lo sentí tenso y se alejó de mí tan rápido que mis manos quedaron en el aire cuando traté de detenerlo.

Abrí los ojos y lo encontré sentado en la orilla de la cama, dándome la espalda.

–¿Qué te pasa, Popp? –me incorporé para colocarme a su lado –¿hice algo malo? –le pregunté al notar que estaba respirando muy aprisa.

–¡No!, tú no hiciste nada mal –se escuchó agitado –soy yo el que sigue siendo un niño e iba a cometer una estupidez que por poco te pone en una situación muy incómoda.

Dije que soy ignorante de estas sensaciones, pero no tanto como para no saber a lo que se refiere y aunque me sonrojé, mi orgullo femenino aumentó bastante al ser consciente de lo que quiso decir.

–Yo... yo no me hubiera sentido incómoda –quise ser sincera, pero él volteó a mirarme como si me hubiera vuelto loca.

–¿Tienes idea de a qué me estaba refiriendo? –estaba alterado y sonreí porque me pareció tierno.

EL VIAJE EN BUSCA DEL HÉROE Y EL DESCUBRIMIENTO DEL AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora