CAPÍTULO 19

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ESCRITOR

ADELINE

-¿En tu habitación o en la mía?-le pregunto a Kenneth.

Nuestros padres se habían ido, así que decidimos ver una película.

-En la mía, ¿Qué quieres que traiga para tomar?

-Agua.

Es la única bebida que puedo consumir.

-¿Agua?

-Si quieres para ti, trae otra cosa.

-¿Y para comer?

-No quiero comer nada.

Me mira extrañado antes de ir a buscar las cosas, y al mismo tiempo ingreso a su habitación. Cuando vuelve, se acuesta a mi lado.

-Veamos una de romance-le digo.

-No.

-¿Qué quieres ver tú?

-Una de terror.

-No. Después tengo pesadillas.

Me mira sin decir nada, así que decido ceder.

-Coloca una de terror.

Los siguientes minutos los pasamos viendo la película. Cuando presiento que viene una escena que me asustará, tapo mis ojos, haciendo que Kenneth intente quitarme la mano.

-No te tapes los ojos, viene la mejor parte-dice divertido.

-Suéltame. No seas idiota.

En la mitad de la película, comienza a llover y tiempo después se corta la luz. Debido a esto, grito tan fuerte que seguro nos escucharon los vecinos.

-Los espíritus traspasaron la pantalla y ahora están en la casa-digo asustada.

-Fue debido a la lluvia.

Las horas pasan, la lluvia continúa y la luz no vuelve.

-Quédate a dormir aquí.

-Pero... ¿Y si vienen a vernos?

-¿Qué prefieres? ¿Correr el riesgo o ver un espíritu?

Lo abrazo con fuerza, consiguiendo que él me envuelva en sus brazos.

-Me quedo.

-Te quiero contar algo.

-¿Qué cosa?-pregunto mirándolo intrigada.

-Estoy escribiendo una historia.

Me sorprendo mucho, no me imaginaba a Kenneth haciendo eso.

-¿De qué se trata?

-Es de misterio-se limita a responder.

-¿Puedo leerla?

Ahora él está sorprendido.

¿Por qué?

¿Creyó que no me interesaría?

-¿En serio?

-Claro, seguro es genial.

-No es tan buena-dice un poco triste-O eso creo por estar comparándome con los demás.

-Tú apenas estás empezando, Kenneth. No puedes pretender ser mejor que alguien que lleva años escribiendo. Creo que deberías seguir tu historia sin ver cómo va la de la persona que tienes a tu lado.

KENNETH

No termino de ingresar al salón porque Tahira intenta besarme.

-Ya no quiero verte-le informo alejándola para que no toque mis labios.

-Espera, creo que escuché mal-suelta una risa-¿Ya no quieres verme más?

-Eso mismo.

Me mira como si no pudiera creerlo antes de sonreír.

-¿Por quién me cambias?

-Por alguien mucho mejor.

-¡Dime el nombre!-me grita la loca.

-¿De qué? ¿Del psiquiátrico?-le pregunto-No grites.

Su respiración comienza a acelerarse.

-Te doy la oportunidad de que te retractes.

-No voy a hacerlo.

Saca un cuchillo de su bolsillo, pero antes de que pueda clavármelo, se lo quito.

-¡Kenneth, por favor, no!-comienza a llorar a la vez que da unos pasos hacia atrás-¡No me hagas daño!

Me tiene que estar jodiendo.

Suelto el cuchillo en cuanto la mirada de todos los alumnos está sobre mí.

-Tahira, ven-le pide una chica extendiéndole una mano, y en cuanto la loca la toma, la coloca detrás de ella, como protegiéndola de mí.

Con incredulidad veo cómo el director se dirige hacia mí.

-Señor Mcclain, acompáñeme a dirección.

Cuando camino junto a los alumnos, se apartan, provocando que ruede los ojos. Después de adentrarnos en la oficina, nos sentamos.

-Vea las cámaras-le digo antes de que hable.

-¿Qué?

-Tahira sacó un cuchillo de su bolsillo y trató de clavármelo, pero yo se lo quité antes de que eso pasara.

Me mira con desconfianza, pero hace lo que le digo y, al ver la verdad, se muestra apenado.

-Le pido una disculpa.

-¿Qué harán con ella?

-No le avisaremos ni a la policía ni a sus padres.

Solo me cruzo con imbéciles.

-Su familia es muy generosa con la escuela, no me conviene perder a una alumna como ella.

Llama a Tahira, y cuando ingresa, me mira con miedo.

-Párale a tu teatro que ya te descubrieron-le digo con fastidio-Porque, aparte de loca, eres tonta.

Cambia su expresión a una normal para ver al director.

-No haremos nada. Pero que no vuelva a ocurrir.

Después de eso, les dijo a todos los alumnos la verdad para luego pedir absoluta discreción.

En el ojo de la tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora