BESO, PRENDA O RETO
ADELINE
Toqué la puerta del piso donde viven Sammy y Derek para que segundos después sea ella quien abra la puerta.
–¿Qué hacen aquí los dos juntos?
–Me estoy acostando con Kenneth.
–¡¿Qué?!
Ingresamos y nos dirigimos al sillón frente a Derek.
–No nos dijeron que vendrían–comenta él mientras nos sentamos.
–Solo con ustedes podemos ser nosotros–digo, y Sammy se sienta junto a Derek.
No me sentía bien pensando que lo nuestro estaba mal, pero era la verdad, por eso debíamos ocultarlo, cosa que tampoco me gustaba.
Kenneth entrelaza nuestros dedos, haciéndome sentir algo que nunca había sentido con nadie.
–Creí que odiabas las cursilerías–comenta Derek divertido.
–Pero es Ade.
–¿Conseguiste trabajo en otro club?–me pregunta Sammy.
–Todavía no busco. ¿Y tú?
–Tampoco, igual creo que lo dejaré, ya me aburrió.
–Es una suerte que no estuvieras el día del incendio.
La puerta es tocada y Derek va a abrir para darle paso a un chico y a una chica. Esto me hace soltar la mano de Kenneth, ganándome un dolor que trata de ocultar.
–Todos vienen sin que los inviten–se queja Derek–.Mínimo avisen.
–Ellos son Wilmer y Juliette.
La chica no le quita la mirada al chico de mi lado, provocando que quiera golpearla, mientras que Wilmer toma mi mano para llevarme al sofá que está a nuestro costado.
–¿Cómo es tu nombre, bonita?–me pregunta cuando conecto con sus ojos grises.
No está nada mal, pero es muy confiado y no es quien me interesa.
–Adeline.
Le echo una mirada a Kenneth para ver cómo nos observa disimuladamente, con la mandíbula apretada.
–Juguemos al juego de la botella–propone Juliette.
–Cliché–digo.
–Este es beso, prenda o reto.
Era obvio que lo hacía para besarse con Kenneth.
–Está bien–dicen todos, menos mi hermanastro y yo.
Cuando la botella gira, todas las miradas la siguen con anticipación hasta que se detiene en Derek y Kenneth.
–¿Qué eligen?–pregunta Juliette.
–Beso–responde Derek.
–No voy a besarte–le dice Kenneth, pero su amigo ya se ha lanzado a sus labios, causando que quiera alejarse, pero que no se lo permita.
No me molesta en absoluto porque son amigos y sé que a uno le gusta Sammy. Pero si fuera otro chico o cualquier chica, me moriría.
–Cuando quieras, lo repetimos–le hace saber Derek cuando se separan, mientras Kenneth lo mira como si quisiera golpearlo.
La botella gira y apunta a Sammy y a mí.
–Nos toca–me dice ella para después acercarse y colocarse a horcajadas de mí.
–Te veo entusiasmada–comento divertida antes de que pose sus labios sobre los míos con un hambre que me sorprende, pero que correspondo con fuerza. En el medio de todo, su lengua se encuentra con la mía, haciéndome gemir de una manera que es escuchada por todos los presentes.
Cuando nos separamos, todos se ven atónitos, lo cual me hace gracia y en el momento en que la botella gira de nuevo, apunta a Kenneth y a mí, ocasionando que trague saliva.
–Reto–digo antes de que se levante.
–Pero es solo un beso–comenta Derek.
–Por supuesto que no lo besaré–le hago saber con asco, percibiendo el dolor de mi hermanastro.
–Kenneth debe ingresar a una habitación conmigo para que hagamos lo que queramos–nos dice Juliette–Al igual que Adeline y Wilmer.
Con mi hermanastro nos damos una mirada que habla sobre lo mucho que nos disgustan sus palabras.
–¿Aceptan?
–Sí.
–Sí.
Cuando veo cómo ingresa a la habitación con otra, el malestar llega, pero es alejado en el instante en el que accedo a una habitación con Wilmer.
–Estás buenísima–me hace saber mientras deposita besos húmedos en mi cuello.
–Podemos hablar–digo, al tiempo que lo separo.
No quiero hacer nada con él porque mi interés es otro.
–¿Estás segura?–pregunta decepcionado.
–Sí–digo, a la vez que escucho los gemidos de Juliette, lo que provoca que mi corazón se encoja.
Pensé que él tampoco haría nada con ella.
Conversamos con los gemidos de fondo, lo que ocasiona que mi mente nade por el dolor al mismo tiempo que busca palabras para seguir el diálogo con Wilmer, y en el momento en que acabamos, volvemos a los sillones, con la diferencia de que yo ignoro la mirada que me dan Sammy y Derek.
–Me encanta este juego–comenta Juliette cuando salen.
Recorro a Kenneth para ver su pelo revuelto y su mirada enojada.
–Adeline, ya debemos irnos.
Nos despedimos de todos para luego caminar en silencio hasta que nos encontramos en el auto.
–¿Era necesario que tuvieras sexo con ella?–le pregunto cuando comienza a conducir.
–Tú te acostaste con Wilmer.
–¡No! ¡Yo no lo hice! ¡Ni siquiera lo besé!
Su rostro pasa de la sorpresa al arrepentimiento.
–¿No lo hiciste?
–¡No! ¡Porque yo no digo que me interesa una persona para luego irme a meter con otra!
–Ade...
–Pensé que eras diferente, al menos conmigo.
–Lo soy.
–No parece. ¿Y sabes qué?
–¿Qué?
–Puedes irte a la mierda.
–No me dejes–me pide con desesperación.
–No puedo dejarte si nunca fuimos nada.
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En el ojo de la tormenta
Romance《Seré delgada, no me importa lo que tenga que hacer para conseguirlo.》 Después de esas palabras, Adeline Belmore se adentrará en un camino lleno de peleas, llantos, hambre y culpa. Pero su vida no solo será envuelta por el dolor, ya que su hermanast...