DayDream (En Emisión).

PRESA - Capitulo Veinticinco.

Andrés miró un poco dudoso a los demás, pero tras respirar profundamente colocó sus manos en la cabeza del chico que estaba frente a él, su guía astral se acercó también y tomó el hombro de su pupilo.

Padre e hijo se acercaron para tomar el antebrazo de Abraxas mientras Andrés penetraba la mente del joven Bocanegra, tras atravesar la barrera de la mente fue que accedieron todos a poder mirar los recuerdos de la infancia del chico desde su propia perspectiva.
En un campo de césped suave y brillante se encontraban recostados un hombre adulto junto a su pequeño hijo, quien corría de él pues jugaban a perseguirse.

Los gritos de alegría del niño eran uno de los múltiples sonidos que había en el ambiente, junto al sonido de las hojas de los árboles siendo golpeadas ligeramente por el viento y las aves cantando mientras cruzaban el cielo era la escena perfecta de uno de los recuerdos más felices de Francisco.

Andrés y los demás parecían ser un par más de árboles ya que no afectaban el curso del recuerdo.

—Ya debemos volver, pequeño –dijo su padre mientras lo atrapaba entre sus brazos.

—Cuentame una historia papá, antes de irnos de aquí –pidió el pequeño a su padre.

—Está bien, vayamos allá a la sombra de ese viejo roble.

Ambos fueron a tomar asiento cerca de Abraxas y los demás.

—Hace mucho tiempo, incluso antes de que los primeros humanos caminaran sobre este mundo. Existieron seres capaces de transformar el entorno en el que vivían para poder darle un hogar al primer hombre en el mundo, a estos seres se les llamaba "Dioses", fue entonces que crearon y adaptaron el mundo cómo lo conocemos ahora, pero hoy te contaré sobre uno en especial que se llama Fenrir.
Él era un increíble cazador capaz de capturar a cualquier presa que deseara, podía rastrear hasta a la criatura más sigilosa o invisible, pero su habilidad más característica era el poder convertirse en un lobo gigante que era inmune a ataques mágicos de parte de otros cómo él, además de tener un blindaje en la mente que lo ayudaría a que no jugarán con sus pensamientos.
Fenrir después de que todos los dioses crearán al primer ser humano, decidió que brindaría estos dones a todos sus protegidos y descendientes, así fue hasta que todos los protegidos de Fenrir descubrieron que al ser cazadores y depredadores letales, comenzaron a temerles. Él hizo hasta lo imposible para que sus protegidos tuvieran un trato justo y respetable pero los demás dioses lo vieron cómo una amenaza para arruinar el "orden" que ellos ya habían establecido, por lo que fue capturado, desterrado a un lugar del que jamás podrá escapar y sus protegidos fueron castigados por esto, quitándoles todas sus habilidades mágicas y dotándolos de inmortalidad, para que así de esta forma se quedarían solos, llenando de impotencia, tristeza y dolor al ver morir a todos sus seres queridos, existe una forma en que pueden deshacer esta sentencia. Una vez que un protegido de Fenrir ha sufrido tanta perdida que su corazón se marchita y sus sentimientos mueren, entonces es que pueden morir pero ya es demasiado tarde para volver con aquellos que partieron antes que él.

Braulio se miraba un poco desanimado mientras contaba esta historia al pequeño Francisco, pero pronto el recuerdo cambiaría cómo si el viento hubiese borrado todo alrededor.

Ahora el panorama era un callejón solitario y sombrío, lo único que podía iluminar ese lugar era una farola pero su luz era muy tenue, Francisco ya había crecido pues parecía tener unos 11 años al menos.

Al parecer ambos, padre e hijo, regresaban a casa pero a la mitad del callejón fueron emboscados por cuatro maleantes, Braulio cubrió a su hijo poniéndose él al frente.
Los cuatro sujetos se acercaban con intensión de quitarles todo lo que pudieran, pero el hombre supo defenderse con golpes, tres de ellos decidieron salir corriendo de ahí pero uno sacó un arma de su bolsillo disparando directamente a la cabeza de Braulio, el estruendo dejo totalmente impresionado a Francisco, quien tras unos segundos de asimilar lo que había visto, corrió junto a su padre para comenzar a llorar.