viii. 'alright, kat'

420 57 23
                                    

Demasiado, Katniss sabe que ha dormido demasiado. Lo sabe porque en cuanto abre los ojos y ve que ya no es de tarde. Peter está a su lado, en la misma posición. Se incorporó, sintiéndose algo a la defensiva, aunque llevaba días sin encontrarse tan bien.

─Peter, se suponía que ibas a despertarme en un par de horas.

─¿Para qué? Aquí no ha pasado nada. Además, me gusta verte dormir; no frunces el ceño, lo que mejora mucho tu aspecto.

Obviamente, eso la hace fruncir el ceño, y él sonríe. Entonces se da cuenta de lo secos que tiene los labios. Le toca la mejilla y está tan caliente como una estufa de carbón.

Le asegura que ha estado bebiendo, pero a ella le parece que los contenedores están llenos. Le da más píldoras para la fiebre y se quedó a su lado mientras se bebe primero un litro de agua y después otro. Le cura las heridas leves, las quemaduras y las picaduras, que tienen mejor aspecto. A continuación se prepara mentalmente y le quitó la venda a la pierna.

A Katniss se le cae el alma a los pies, porque está peor, mucho peor. Ya no hay pus al aire, pero se ha hinchado más, y la piel, tirante y reluciente, está
inflamada. Entonces nota las líneas rojas que le empiezan a subir por la pierna: septicemia. Si no recibe atención médica, morirá; las hojas masticadas y la pomada no cambiarán nada en absoluto.

Necesitaban medicinas fuertes para la infección, medicinas del Capitolio. Katniss no tiene ni idea de cuánto podría costar algo tan potente; si Haymitch recoge las donaciones de todos los patrocinadores, ¿Será suficiente? Lo dudaba. Los regalos suben de precio cuanto más duran los juegos; Y la clase de medicamento que necesita Peter es cara desde el principio.

─Bueno, está más hinchado, pero no hay pus ─informa Katniss con la voz temblorosa.

─Sé lo que es la septicemia, Katniss, aunque mi madre no sea sanadora ─dice Peter con un deje de temor en sus ojos.

─Simplemente significa que vas a tener que sobrevivir a los otros, Peter. Te curarán en el Capitolio, cuando ganemos ─Katniss trataba de convencerse a sí misma.

─Sí, buen plan ─responde, pero a Katniss le da la impresión de que lo hace por ella únicamente.

─Tienes que comer y mantenerte fuerte. Voy a hacerte una sopa.

─No enciendas un fuego, no merece la pena.

─Ya veremos ─es lo único que dice Katniss antes de salir de la cueva.

Katniss sale un momento de la cueva y Peter no puede evitar tener todo el pesimismo del mundo encima. Cada segundo que pasaba se sentía peor, era increíblemente frustrante.

No quería dejar sola a Katniss, no ahora que por fin ella lo había besado y se había sentido tan bien. No era justo que ahora que había resultado ser feliz, estuviera en las puertas de la muerte.

De un momento a otro, Katniss entró a la cueva, lo que animó a Peter pero para la muchacha era obvio que se sentía fatal y que solo trataba de fingir por ella. Katniss le pone una tela fresca en la cabeza pero se calienta rápidamente.

─¿Quieres algo? ─le preguntó.

─No, gracias. Espera, sí: cuéntame un cuento.

─¿Un cuento? ¿Sobre qué?

─Uno que sea alegre. Cuéntame el día más feliz que puedas recordar ─dice Peter con un tono risueño que hace que Katniss sonría.

Katniss dejó escapar un sonido, mezcla de suspiro y exasperación. ¿Qué le cuente algo alegre? Le costaría más trabajo que hacer la sopa. Después se unos segundos de pensar, una idea se le cruza en la cabeza.

all for us ★ katniss everdeen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora