vii. lover boy and lover girl

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Cuando Peter despertó, lo hizo por un gran dolor que sentía en su pierna. También su rostro estaba hinchado y le dolía mucho. Despertó con un gemido de dolor, alertando a la persona que estaba a su lado.

─No te muevas mucho. Te vas a lastimar ─una voz masculina advirtió, y colocó sus manos en su abdomen para evitar que se incorporara.

Peter trató de abrir los ojos, solamente podía abrir uno de ellos porque en el otro tenía una hinchazón que no le permitía ver.

Sintió varios toques delicados en su pierna herida, aún así, la movió violentamente y siseó de dolor.

─Perdón ─dice el muchacho─. Ese Cato si que te dejó en pésimas condiciones, de verdad apestas ─Peter bufó─. Estoy poniéndote una hoja encima, de lo contrario puede infectarse, aunque es poco probable que no se infecte solamente con esto.

─G-Gracias de todos modos ─le dijo Peter─. ¿Cuál es tu nombre?

El chico dudó, pero finalmente se lo dijo.

─Thresh ─dijo y siguió poniendo la hoja en su pierna.

─Gracias Thresh, yo soy Peter ─Thresh asintió.

─Lo sé.

─Espera... ¿Cuánto tiempo me quedé dormido?

─Un día y medio, para ser sincero no creía que fueras a despertar, estaba esperando el cañón ─confiesa─. Pero eres bastante resistente, cualquiera hubiera muerto con esas heridas.

Peter trató de reír pero sintió su garganta bastante rasposa, por lo que optó por no hacerlo.

─Toma, pero no vayas a beber demasiada ─Peter sintió como Thresh ponía una botella contra sus labios y tuvo que regularse para no beber agua desesperadamente.

Las siguientes horas, Thresh y Peter estuvieron hablando con normalidad, las respuestas de Thresh a las preguntas del rubio eran algo cortantes.

─¿Que pasó con Rue? ¿No era de tu distrito? ─Thresh no responde de inmediato. Solamente se levantó y decidió caminar a unos metros de dónde estaban Peter y él anteriormente ─¿Qué pasó, dije algo malo?

Thresh siguió sin responderle.

─Tal vez deberías reunirte con la de tu distrito. ─Peter se mostró sorprendido.

─¿En estas condiciones? No puedo dar ni tres pasos sin caer al suelo o sentir que me estoy muriendo.

─Te ayudaré, pero no puedes estar conmigo. Sólo serás una carga ─Peter asintió─. Yo voy a estar bien, no necesito a nadie.

─Supongo que está es la despedida Thresh.

─Así es, doce ─Thresh se acerca a él y lo sube a su espalda para llevarlo. Peter suelta un quejido─. Relajate, no hagas ruido.

─Es fácil para tí decirlo ─Thresh lo ignora.

─El del distrito 2 y los otros deben pensar que estás muerto o al borde de la muerte ─dice Thresh─. Y no les falta mucho para acercarse a la verdad.

El resto de la caminata transcurre en silencio, a excepción de algunos gritos y quejidos ahogados de Peter, la pierna del ojiazul todavía sangraba mucho aún con las hojas adheridas y manchaba la ropa de Thresh y el camino por el que iban.

Mientras caminaban, el cielo comenzó a oscurecer. Peter palmeó el hombro del chico. Pararon en medio de un terreno rocoso.

─Bájame aquí ─dice el rubio. Thresh le obedece─. Vete antes de que oscuresca completamente y no puedas volver.

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