Disculpa.

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—¿Y eso es mi culpa? —Preguntó con irritación Dazai, llamando la atención del resto de la Agencia de Detectives, que sutilmente prestaban atención a sus palabras desde sus respectivos lugares mientras fingían hacer su trabajo.

Era una ocasión especial: Dazai siempre buscaba maneras de perder el tiempo y evitar trabajar, pero nunca se distraía con el celular. Y, cuando sonaba una melodía en particular, siempre salía a atender a quien fuera que le estuviera llamando a la calle, de manera que nunca escuchaban esas conversaciones.

No sabían qué había pasado ese día, probablemente más pereza de la habitual, pero cuando sonó la distinguible melodía que todos identificaban ya, Dazai no se levantó a atender la llamada. Se quedó en su lugar mientras colocaba el aparato contra su oído, y por supuesto que el resto de la agencia tenía una gran curiosidad que parecía hoy sería saciada.

—No puedes esperar que recuerde esos detalles —Se quejó Dazai, como si fuera un niño pequeño que buscaba cualquier excusa para librarse de la culpa—. Bueno, ¡Tampoco podías esperar que leyera la nota que dejaste a un lado!

Hasta ahora, todo normal. Solo sabían que estaba ocurriendo una pelea, probablemente por algo que era culpa de Dazai, y él trataba de evitar la responsabilidad. Aunque parecía que iba perdiendo.

—Está bien —Suspiró con cansancio, lo que fue una señal de alerta. Sea quien fuera la persona al otro lado de la línea, era capaz de ganarle en una pelea a Dazai. Debía tener una personalidad fuerte—. Lo siento, ¿Ok?

Dazai colgó mientras la agencia quedaba sorprendida. Rara vez escuchaban disculparse a Dazai, y nunca con un tono tan sincero. Para su desgracia, su curiosidad no fue saciada, sino que aumentó, y ahora querían saber quién podía doblegar a Dazai de esa manera.

Calendario de adviento. (Soukoku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora