Capítulo 69

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Shein

¿Logré dormir sin problemas?

Para nada

Tuve otra vez la misma pesadilla de siempre. Desperté con mi rostro mojado, mi respiración agitada, no lograba respirar. Las manos de Eros habían tomado mis mejillas para hacer que lo viera. Tenía su labio roto debido a un golpe que sin querer, le había dado dormida. Me ayudó a calmarme para luego sonreírme con esa hermosa sonrisa que solo el puede poseer.

Ahorita me encuentro recorriendo la mansión para intentar recordar más. He ido a las habitaciones, a mi oficina. Que por cierto...

Estaba intacta

Eros se ha encargado de mantener el orden por aquí. Fui al patio donde casi me pierdo al regresar. Muchas veces me preocupa mi falta de conocimiento, ya que, se supone que vivo aquí desde hace casi un año. La piscina es enorme, y eso que mi esposo dice que es pequeña. Karl había ido con Eros a un lugar y me dejaron aquí con Beatriz. Quien se encuentra durmiendo debido a que estuvo limpiando todo el santo día.

El personal está bien posicionado. Las armas bien sostenidas. Alertas de cualquier inconveniente o amenaza que pueda llegar a ocurrir.

Entro a la casa para ir a la cocina por un vaso de agua. Miro mis pies descalzos y me viene el recuerdo de una pelea con el rubio por estar sin zapatos. Me mareo un poco mientras que una punzada hace que acaricie mi cien. Me sujeto de la isla de la cocina para evitar caer. Odiaba esta fase de recordar. Los dolores eran insoportables.

Espero que se me pase el dolor para erguirme e ir por el vaso de agua. Lo tomo y bebo de el. Doy un paso para dirigirme a la otra parte de la casa cuando algo llama mi atención. Al salir de la cocina, veo una clase de puerta en un pequeño espacio de la pared, esta situada en el lugar donde casi no entra la luz del sol. Voy hasta ella para tomar el pomo y girarlo. Veo que abre y asomo mi cabeza para ver al otro lado. Solo que me encuentro unas escaleras que descienden hasta lo más profundo y oscuro de aquí. Entro y la puerta se cierra dejándome a oscuras. Siento como la respiración comienza a ser más pesada. Estoy por irme cuando....

Un grito de auxilio me llama

Toco a los lados y una de mis manos encuentra la pared. Bajo un pie con cuidado hasta tocar el otro escalón. Repito varias veces el mismo movimiento hasta que logro visualizar un faro de luz sobre otra puerta. Vuelvo a escuchar el grito desgarrador de una mujer. Salto sobre mi lugar y me asusto. Pero mi curiosidad me hace avanzar hasta que ya me encuentro sosteniendo el objeto diminuto de la puerta. Giro para ver si está cerrada, resulta que es todo lo contrario.

Respiro profundo para llenarme de coraje y entrar. No mentiré, estoy aterrada. Parece una escena de las películas de terror. De esas que dicen no vallas al sótano.

Bueno, aquí estoy

Entro y quedo en shock al ver lo que hay en este lugar. Es un sótano grande. No tiene ventanas, ni un agujero donde pueda entrar el sol. El suelo tiene rastro y charcos de sangre seca. Hay una mesa como las que usan los doctores para colocar sus objetos. Pero esta posee un martillo, clavos, cuchillos, látigos y otras cosas más. Froto mis brazos debido al frío que hace aquí abajo. Comienzo a desesperarme al recordar cuando estuve en una habitación similar.

—Ayúdame....

Me paralizo al escuchar la voz. Mis ojos se abren como platos y giro lento a la dirección de donde creí escuchar el sonido bajo. Unas cadenas largas y gruesas se encuentran en el suelo que siguen hasta clavarse en la pared. Una mujer blanca de cabello negro me mira desde el suelo. Mi estómago se revuelve al verla en ese estado. Su cuerpo delgado, sus manos poseen dos clavos en ambas palmas . Tiene la ropa desgarrada y su rostro lleno de golpes y hematomas. Mi vomito sube y voy hasta una papelera que yace cerca de mi. Expulso todo para limpiar con mi muñeca mi boca. Inhalo y exhalo para dirigirme hasta la chica quien solo se encuentra sentada.

La Muñeca de la mafia [Mentiras Y Secretos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora