Capítulo 61

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Eros

Al bajar del helicóptero lo único que pude hacer fue correr tras la camilla que se llevaba a mi esposa, alejándome de ella. Los enfermeros gritaban emergencia, balbuceando cosas que ellos solo pueden comprender.

—¡Debemos llevarla a cirugía, ya!—grita uno de los camilleros y mi alma fallece—¡Tenemos un posible derrame en la cabeza!.

¿Derrame? ¿Posible? ¿Sangre?

No soy capaz de procesar algo. Una frase, una palabra. Todo me da vueltas en este lugar. Es saco me asfixia cada segundo que pasa.

—¿Qué le sucede a mi mujer?—pregunto pero no me responden.

—¡Pulso bajo! ¡Llamen al doctor!.

Pulso bajo...

Me niego a perderla

Me niego a aceptar que este sea nuestro final

—¡¿Dónde esta el doctor?!—la cólera y el miedo se apodera de mí.

Entran a una habitación restringida. Soy detenido en la puerta por una enfermera.

—Señor...Es un área restringida. No puede entrar.

Me vale una mierda

—¡Es mí mujer a quién tienen ahí!—señalo la maldita puerta tras ella—¡Voy a entrar sí o sí!.

La empujo para quitarla del camino. La deje sola en Alemania. En Francia por un par de horas. Cuando viaje a Rusia. La abandoné varias veces, esta no será otra más.

—¡Hey, no puede estar aquí!.

Saco el arma para apuntarlos. Me vuelven a repetir esa frase de mierda y....

—¡Aquí esta el doctor!—exclama la enfermera de hace un momento.

Lo tomo por el cuello de la bata para acercarlo a mí.

—Escúchame muy bien pórque se lo diré una maldita vez—suelto entre dientes con voz hostil—Ella no puede morir. Si ella muere, me encargaré de acabar con toda su familia y terminaré con usted ¿entiende?.

Asiente pálido, sus manos tiemblan y lo suelto. Veo como a mi pequeña le han despojado del vestido blanco manchado de sangre. Quiero protestar por tenerla así, pero no es momento de mis celos. La conectan a varias máquinas, me pego a la pared del fondo para que puedan caminar por la habitación fría.

Recorro su cuerpo y mi  corazón se rompe al ver todos los hematomas que tiene. Su cuerpo está más delgado, tiene una pequeña sicatriz en sus costillas. La planta de su pie a dejado un poco el color oscuro, a lo lejos se pueden visualizar líneas blancas como las de sus caderas. Solo que estas parecen más de cortadas.

¿Qué fue lo que te hicieron mi amor?

Un ruido por parte de la máquina nos alerta a todos. Dando la primera señal para lo peor. No puedo asimilar nada de lo que está ocurriendo a mi alrededor.

—¡Código azul! ¡Tenemos un código azul!.

¡¿Qué demonios es un código azul?!

—¡Rápido, inicien con el protocolo de RCP!—anuncia el doctor.

—¡¿Explíquenme que sucede?!—les grito haciendo que se desconcentren.

—¡Salga de aquí ahora mismo!—brama el doctor al borde de la cordura.

—¡Usted no me ordena!.

Tengo miedo. Por una vez en mi maldita vida. Tengo miedo. Me aferré a esa mujer como un demente. Me obsesione tanto con ella que no puedo asimilar que este a punto de morir.

1:La Muñeca de la mafia [Mentiras Y Secretos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora