Extra IV

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Eros

—Escúchame muy bien Eros Vasileiou Makris, porque sólo te lo diré una vez.

El tono amenazante de mi madre me molestaba.

—Una cosa es que no quieras casarte....Y una muy diferente que trates a Shein de esa manera.

—¡¿Esa manera?! ¡¿Ella también me trató de la misma manera?!.

Al parecer todos se han colocado en mi contra

—Y me alegra —dice orgullosa.

Abro la boca con indignación. Es increíble que mi madre. La mujer que me trajo al mundo la defienda a ella. A una grosera que no hace más que darme dolor de cabeza.

Pero bastante que le miras el culo

Cállate

—¿Dónde estabas? —acusa con los brazos cruzados.

Cogiendo

—Con Neo.

Camina hasta mi con una expresión neutra. Me tenso al ver su sonrisa maliciosa, esa que heredé de ella.

—Curioso...Hace unos minutos Neo vino preguntando por ti.

Mierda

Nos jodió

—Así que Eros. Última advertencia.

Suspiro para cerrar mis ojos y soltar lo que ella quiere oír

—Estaba en un hotel....

—Sigue —exige autoritaria.

—Con Lya....

Frunce el ceño

—¿Y?....

—Me la cogi.

Muerde su lengua con fuerza para evitar soltarme el jarabe de insultos y reproches. Sin embargo, el golpe en la cabeza no lo guardo.

—¡Mamá! —acaricio esa zona que acaba de golpear con su puño.

Había olvidado la fuerza de mi madre.

—¡Es poco de lo que debería hacerte! —sus ojos fulminan mi alma—. ¡Imbécil!.

—Un poco de respeto ¿no?.

Pero eso solo hizo que la posean miles de demonios. Incluso el mismo hades. Seré honesto, a Marissa Makris es mejor tenerla feliz. De lo contrario buscará un arma y te perseguirá por el resto de tus días

O hasta que se le pase el enojo

—¡Ven aquí maldito rubio!.

Corro por mi vida. Habrán muchqs cosas aterradoras, pero que tu propia madre te haga correr por tu vida, es mucho peor. Marissa Makris sabe como sembrar terror en las personas. Que me haya llamado maldito es la señal para suplicar por mi vida. Salimos al patio donde mi excusa está junto a mis hermanos. Se miran entre sí y luego a mi madre.

Un disparo al aire me hace detenerme. Mis hermanos ríen con fuerza. Mi amigo los acompaña mientras que veo a afrodita a punto de volarle el cerebro a su hijo.

—¡Corre y juro que te doy!.

¿Si me voy?

Estaremos muertos, idiota

Dioses apiadense

Voy hasta a ella, mis hermanos se agarran de su estómago. Han reído tanto que les duele. Llego con mamá quién tiene su expresión dura.

1:La Muñeca de la mafia [Mentiras Y Secretos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora