Bea.
Mientras caminaba por los pasillos del hospital pienso que muchas personas no les gustan nada que tenga que ver con hospitales.
Dicen que los colores de estos lugares dan depresión y en el Aire un olor a muerte , fármacos y a trajedia.
Cuando estaba estudiando si pensaba eso,
Hasta el olor a sangre me daba repulsión.Pero con el paso del tiempo me fuí adaptando.
El hospital Kindred es el mejor del país y tiene a los mejores especialistas y no estoy segura si incluirme la verdad, la mayoría de la gente que recurre aquí, son gentes importante y a veces no me siento a la altura, el doctor Abraham siempre me decía que si ningún padre se a quejado de mi trabajo y vocación no he fallado en nada.
Me detengo para saludar a Susan, es una enfermera que me cae Muy bien.
-Hola Susan buenas días - le saludo.
Retira la mirada de las inyecciones que tienen sus manos.
-Hola - me lo dice seca y ella no es así.
Vuelve su vista a las inyecciones y entecierra los ojos.
-Susan , ¿algo va mal? -le pregunto.
Niega con la cabeza.
-Es solo que en terapia intensiva encontré estás jeringas con un líquido de inyección que no conozco, casi lo confundo con morfina.
Me dice y le pido que me las muestre , me las da y la agarro.
Casi se me cae porque pesa un poco y se supone que las jeringas no pesa nada A menos que su contenido....
La olfateo y es un olor que hace que me tambalee y me marea.
Susan me ayuda a no perder el equilibrio.
No sé cómo definir que es.
-¿Me lo puedo quedar?- le pregunto por lo bajo.
Ella asiente y yo me guardo lo que sea que es eso en el bolsillo de mi bata.
Se va porque le hacen un llamado y yo sigo caminando.
Voy al ascensor para ir al laboratorio para ver si me pueden ayudar con esto.
Pero aprieto y aprieto el botón para que se habra y dice ocupado igenial! , a subir escaleras.
Voy a las escaleras y me tropiezo con alguien y ese alguien me da estabilidad agarrándome del codo en un agarre firme.
Es el director y con inquietud me suelto de su mano.
¿Es enserio? Mi torpesa no puede ser tan grande.
-señor lo siento no lo ví, gracias por ayudarme - pestañea y sus ojos dan una mirada helada - de verdad no volverá a pasar.
No dice nada y me mato mentalmente.
No habla ni escucha.
Yo sé que el silencio es muy grande y empiezo a moverme si saber que hacer.
Me estudia con sus dos diamantes azules de arriba a bajo y yo me pongo nerviosa , no acostumbro que me den repasadas eso es solo cuando yo bailo. Su mirada se detiene por una milésima de segundos en los bolsillos de mi bata blanca.
Fué rapido pero pude notarlo.
-Eh yo..
Pasa por mi lado y empieza a subir las escaleras.
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Dangerous doctors
RomanceEl es una bestia y yo me enamoré de esa bestia. Este libro contiene contenido sensible+21 leer bajo su propio riesgo.