Rumano.

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Bea.


Después de escuchar a la sirvienta dándome indicaciones de que no puedo decir nada, me prestaron ropa para cambiarme la que tenía estaba cubierta de sangre.

Unos de esos sujetos con camuflado negro me sacó del departamento y vi como se veía en el esterior y quedé boquiabierta porque es the Black el edificio más costoso que hay en Chicago y por lo visto mi jefe es el dueño, cuyo jefe tiene Aire de criminal.

Me montaron en una camioneta negra último modelo, en todo el viaje mantuve la boca cerrada porque no quiero que me vuelen los sesos.

Me dejan a una cuadra de mi departamento porque les dije que así, no quiero que se sepan dónde vivo exactamente.

Camino viendo a cada nada Hacia atrás para ver si no me siguen. Llego a él complejo de departamentos que es de los pequeños porque en vez de contar con ascensor cuenta con escalera, saludo a secas al portero y subo a mi piso.

Saco mis llaves pero casi se me caen cuando veo a Meisy en la puerta con los brazos cruzados mirándome entre enojada y preocupada.

Trago saliva no por que le tengo que ocultar dónde estaba es porque le tengo que decir sobre Hannah ya que mi amiga la quería tanto como yo.

—Te llamé mil veces Beatriz— reclama—no sabes...

Ve mi aspecto y debo de verme muy mal porque se me acerca.

Mi ojos pican porque quieren salir las lágrimas, sacudo la cabeza.

Se pone nerviosa.

—¿Que pasó?, ¿alguien te hizo algo?—me revisa— voy a llamar a la policía.

Saca su móvil.

—!No!—le arrebato el móvil desesperada.

Abre bien los ojos y me mira a los míos.

Le suplico con la mirada y asiente, le entrego el aparato.

—Okey no policías, entiendo—susurra.

Le doy las llaves para que abra la puerta.

Entramos y ignoro el desorden que tengo. No sentamos en el sofá que casi está en la cocina no me puedo permitir tener algo más caro que este viejo depa, en el hospital me pagan bien súper bien y con lo que gano en el club es para vivir como celebridad sin exageración pero todo ese dinero va para algo en específico siempre ,no quiero que tome posesión de mis pensamientos en éstos momentos.

Meisy me mira expectante.

Me aclaro la garganta.

—Yo.. yo estaba en el club—mentira—estuve todo el tiempo ahí.

Mi voz suena agitada.

Me quedo en silencio, no le puedo decir toda la verdad porque hay riesgo que ella corra peligro y se que jamás me lo perdonaría, le he contando todo sobre mi vida y sabe por lo que sigo pasando pero eso no se lo puedo decir, no puedo.

—Maldita sea Bea—se impacienta.

—Hannah está muerta—le suelto sin ningun tipo de anestesia.

Se ríe.

—Ya enserio ¿qué pasó?.

No me rio y ella se queda quieta por nanosegundos, reacciona tapándose la boca con las manos y niega varias veces con la cabeza.

Empieza a sollozar y la abrazo.

Yo ya no lloro, todo lo que le lloré quedó atrás, ahora solo quiero averiguar quién nos hizo esto no solo me lo hicieron a mí también a mi amiga que no para de repetir que no es cierto.

Dangerous doctorsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora