En un lugar más cómodo

1.4K 127 12
                                    


Bea.




No sé que mierdas me dijo, mi corazón no para de latir con fuerza y solo me quedo congelada, no me muevo.

Se me ponen los pelos en puntas, Christian pasa su nariz suavemente por mi cuello, su mano sigue en mi boca y su otro brazo está abrazando mi pecho lo cual está apretando mis senos. Me tiene inmovilizada con la fuerza que tiene podría asfixiarme en segundos pero no lo hace, sigue su recorrido con la nariz en mi clavícula.

Hace frío pero una capa de sudor empieza a correrme por la espalda.

Okey tal vez no fué una buena idea venir aquí y hacer que hablara.

Regresa su recorrido por mi mejilla, se detiene ahí unos momentos. Después se asoma un poco y sus zafiros azules son como un huracán que si no salgo corriendo me consumirá.

Cierro los ojos para evitar ver el color de los suyos, se enoja y aprieta mi pecho más fuerte sin hacerme daño.

Habro los ojos y sigue en el mismo lugar.

Ya cuando termina de estudiar mi rostro de cerca me suelta despacio, cuando lo hace me quedo de espaldas a el.

Escucho como camina y se sienta en su escritorio, es como si fuera mi señal para irme pero cuando doy dos pasos..

—En ningún momento dije que te podías ir Beatriz.

Ahora sí me dió un infarto cerebral.

Aprieto los puños y suspiro con fuerza.claro que sabía que podía hablar inglés porque me entendío pero oirlo es otro nivel de cosas que no encanjan en mi cabeza.

Tomo el poco valor que me queda y me giro, me siento en el mismo lugar y entrelazo mis manos que reposan en mis muslos.

—Viniste por un motivo y quiero saber cuál es—vuelve a hablar.

Se quita la bata y deja a la vista una camisa manga larga y hace que se le resalte el cuerpo trabajado.

—Yo.. bueno, son preguntas..—Hago una pausa—También quería pedirle que no dijiera nada sobre..

—Que es bailarina—termina la frase por mí.

—Sí.

Inclina su cuerpo hacía delante y yo muevo ligeramente mi cabeza para atrás, estamos separados por el escritorio y eso no quita que me sienta nerviosa por su cercanía.

—Primero yo no tengo porque decir algo que no me corresponde—internamente le doy las gracias—y segundo le responderé las preguntas en un lugar más cómodo.

Eso me pone más nerviosa de lo que estaba.

Trato de sonar tranquila.

—Me dice la dirección y yo lo veré allí.

Niega con la cabeza, mueve una carpeta para apoyar el antebrazo.

—Mañana a las 9 pm, unos de mis hombres la recogerá en su casa.

Abro la boca y la cierro, quiero réplicar pero lo pienso, mejor me callo.

Me levanto y el sigue mi mirada hasta que llego a la puerta.

—Un restaurante, ¿cierto?.

Asiente y salgo de ahí.








                                     ....







—¡¿Con quien vas a salir Beatriz Lenvordi?!.

Volteo los ojos y me tiro en la cama de mi mejor amiga.

—Grita más fuerte para que se entere todo Chicago—me quejo.

Chilla de emoción y se tira a mi lado, empieza a preguntar de nuevo.

—¡Vas a tener una cita!, ¿como no quieres que me emocione?—empieza a hablar Rapido—tienes tiempo sin salir con alguien y tener sexo con alguien, Tu coño se llenará de telaraña con la falta de acción.

Le agarro de los hombros.

—Meisy no es una cita—le vuelvo a repetir por tercera vez.

Y es cierto porque yo solo quiero respuesta y saber la verdad, y además el solo me invitó para hablar más cómodos.

—Que un multimillonario sexy te invite a salir si es una cita.

—Que no es una.. Espera,¿dijiste multimillonario?.

Asiente y agarra su móvil, busca algo en el buscador de internet y cuando lo encuentra me deja casi ciega porque me lo pone muy cerca de los ojos, tomo el aparato y empiezo a leer.

Cómo cosas que el director del hospital tiene varías propiedades en Singapur, Colombia, México, Noruega y prácticamente en todo Estados Unidos. Empreses petroleros en Australia y Tailandia, empresa familiar de importación en Rumania. Sigo leyendo más y más, todo lo que leo me toma por sorpresa y con la mandíbula cansada.

Respiro entrecortadamente.

Si tiene tanto, ¿por que trabajar en un hospital privado?.

Sumo eso a la lista de cosas que le preguntaré, aún no estoy segura si lo que me responderá será todo cierto.

Mi amiga me arrebata el móvil.

—Meisy pareces adolescente de quince y tienes veinticuatro—me ignora y empieza su búsqueda en su armario.

Saca varias prendas y las tira al suelo, nada le gusta ni siquiera me pregunta cuál me gusta, ya estoy acostumbrada ,así la quiero.

—Bea no me dijiste a que hora es la cita—le quiero réplicar pero me acuerdo.

—Es a las nueve.

Cuando mi amiga oye eso se voltea como si fuera a regañarme.

—¡Maldita sea!, faltan tres horas Bea.

—No estaba pendiente de la hora porque hoy en la mañana llegué cansada y dormí toda la tarde cuando me llamaste para que habláramos de la fiesta de cumpleaños de tú mamá.

—Son tantas cosas que hacer, maquillaje, peinado, ropa sexy.

Se voltea de nuevo para seguir buscando.

—No es necesario..

—¡Este!.

Grita enseñando un vestido color esmeralda muy hermoso.

—Meisy..

—No digas nada, además nunca lo eh usado y lo gane en un sorteo virtual de una tienda súper cara—me da una sonrisa—se vería más bonita a tí, combina con tus ojos.

Agarro la prenda y le doy un beso en la mejilla.














Fin del capítulo..

Yo ya estoy emocionada por qué lean el próximo capítulo que no sé cuándo lo subiré, solo puedo decir que se enteraran de muchas cosas de golpe y espero y estén preparados para eso.

Hasta la próxima actualización.

🍷🍷🍷



Dangerous doctorsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora