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ERAN casi las 10 de la mañana y yo ya me encontraba en el restaurante del hotel, pensé que todos bajarían para desayunar juntos, normalmente yo era la impuntual pero ahora ninguno de los bearman se hacía presente, mi desesperación estaba al flote por que pensé que se habían ido ya y no me habían avisado, Amalie había desparecido de mi cuarto por la mañana así que eso levantaba mis nervios, decidí llamar a Oliver que tardo como 30 segundos en atender el teléfono.
— ¿Que pasa? La voz ronca y adormilada de Oliver me hizo ponerme nerviosa, lo había despertado.
— ¿O estoy muy temprano lista o se han ido todos tan temprano? Escuche la risita de Oliver.
— Mis padre se fueron desde temprano, tenía un desayuno muy preparado por la mañana pero no quise ir, así que pensé en que podríamos ir tú y yo a dar un paseo.
— ¿Por que no me lo dijiste? Así no me levantaba tan temprano.
— Floja, dame 10 minutos y estoy allá abajo.
— ¡Vale! Colgué rápido para correr al elevador y subir a mi habitación, así me ponía un poco más presentable, quise cambiar el short y la playera por un lindo vestido playero blanco y poner un poco de maquillaje sobre las enormes ojeras que se había formado, solo a Oliver se le ocurre avisarme que saldremos en menos de 5 minutos.
Creo que incluso un minuto antes de que dieran las 10 yo ya estaba abajo como si no me hubiera ido a correr un maratón, con Oliver recién apareciéndose con unos shorts azules y una playera blanca.
— Mira nuestro outfit a hacen matching. Le dije apenas lo vi, pues los dos íbamos de blanco y azul.
Este sacó su teléfono y tomó una foto de nuestros outfits en el enorme espejo del check in del hotel.
— Iba decir que tú me copiaste pero tú estabas despierta desde hace quien sabe cuántas horas.
Ja, si supiera que terminé de volverme a cambiar hace menos de 5 minutos.
— Tu me copeaste a mi, obviamente, te perdono si me llevas a desayunar.
— Igual planeaba llevarte a desayunar. Dijo subiendo y bajando sus hombros con una sonrisa en la cara.
— ¿A donde iremos? Este de giro hacia mi para rechistar.
— Deja de preguntar, hoy es otra sorpresa. Dijo ahora tomando mi brazo para llevarme a donde las recepcionistas para que pidieran un taxi para nosotros. Siempre había taxis fuera de los hoteles así que no tuvimos que esperar mucho, para ir directo a el lugar, pero cuando Oliver le dio la dirección al señor que nos llevaría se acercó a taparme los oídos.
