capítulo 11.

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Era un lunes no muy agradable, llovía fuertemente, todo estaba nublado, y las ganas de salir se esfumaban rápidamente, no quería hacer nada este día.

Lo único que hacía era pensar en el ayer, ese gran día que pase junto a Bill, no olvidaría nada, todo fue completamente increíble, con sólo pensar en el, sentía pasión.

Estos últimos días, me he dado cuenta, que amo a Bill, lo amo con toda mi alma, y no lo puedo negar, pero simplemente lo conozco desde hace poco dias, y ya estábamos follando los dos juntos, y me había enamorado de él incontrolablemente.

Aunque me gustaría saber si Bill sentía lo mismo por mi, o simplemente se lo tomaba como un juego, una travesura entre amigos.

Veía desde mi ventana las calles grises y oscuras, llenas de agua por toda esa lluvia.

Y escuchaba un poco de música, pero unas tristes.

En ese momento, escuché mi teléfono vibrar, esperaba que fuera Bill, lo miré y... Oh no , Mierda.

Era un mensaje de una chica que odio con todo el corazón, Chantelle. El mensaje decía.

𝘋𝘦 : 𝘊𝘩𝘢𝘯𝘵𝘦𝘭𝘭𝘦

𝘏𝘦𝘺 𝘛𝘰𝘮𝘪, 𝘷𝘢𝘮𝘰𝘴 𝘢 𝘳𝘦𝘶𝘯𝘪𝘳𝘯𝘰𝘴 𝘤𝘰𝘯 𝘵𝘰𝘥𝘢𝘴 𝘮𝘪𝘴 𝘢𝘮𝘪𝘨𝘢𝘴 𝘦𝘯 𝘦𝘭 𝘤𝘪𝘯𝘦, 𝘺 𝘱𝘦𝘯𝘴𝘦́ 𝘲𝘶𝘦 𝘱𝘰𝘥𝘳𝘪̄𝘢𝘴 𝘢𝘤𝘰𝘮𝘱𝘢𝘯̃𝘢𝘳𝘯𝘰𝘴, 𝘴𝘦́ 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘦 𝘷𝘢𝘴 𝘢 𝘥𝘪𝘷𝘦𝘳𝘵𝘪𝘳,  𝘺 𝘭𝘰 𝘮𝘦𝘫𝘰𝘳 𝘦𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘱𝘰𝘥𝘳𝘪́𝘢𝘮𝘰𝘴 𝘴𝘦𝘯𝘵𝘢𝘳𝘯𝘰𝘴 𝘭𝘰𝘴 𝘥𝘰𝘴 𝘫𝘶𝘯𝘵𝘰𝘴, 𝘱𝘰𝘳 𝘧𝘢𝘷𝘰𝘳, 𝘷𝘦𝘯 𝘤𝘰𝘯 𝘯𝘰𝘴𝘰𝘵𝘳𝘰𝘴.

Que perra, no iría, y encima me llama Tomi, que mierda es está, él único que puede llamarme así es mi Billy, y nadie más, cuando vuelva a verla la apuñalaría por la espalda.

No le respondí ni una palabra, ni una letra, nada.

Volví a mirar hacía la ventana, ignorando los molestos mensajes de esa mierda de perra.

El celular comenzaba a molestarme con sus inmundas vibraciones de los mensajes. Lo admito, esa chica solía gustarme y mucho, pero ahora el único que estaba en mi vida y sería solo mío, es Bill.

No sabía como apagar el celular, por que era nuevo, y aún seguía descubriendo nuevas cosas sobre él.

Decidí salir a caminar un rato por las calles, estaba lloviendo, si, pero me daba igual, no me importaba mojarme ni nada de eso, solo quería alejarme de la casa por un buen rato.

Me puse una chaqueta negra, y salí a por la puerta, me dirigí hacia el parque, quería recordar ese día en el que me conocí con Bill.

En el camino, me encontré con algunos vecinos, y no eran tan buenos que digamos, eran los peores.

Tenían mi misma edad, y siempre me molestaban, no sé cuál era su problema, estudiaban en la misma escuela que yo, siempre fui odiado por ellos, y empeoró cuando se mudaron aquí.

Mierda, y ahora me los encuentro.
El << jefe >> de esa pandilla, era Andreas.
Es un chico muy lindo, pero muy malo conmigo, lo odio desde el primer día en que lo conocí.

Pasé de largo ignoràndolos, pero sentía sus ojos encima de mí. —  ¡ Hey Thomas, tú, el del cabello despeinado y grueso ! — gritó Andreas burlándose de mí.

—  Soy Tom, ¿ qué quieres Andreas? — le devolví el insulto dándole la espalda.

Se comenzó a reír como si nada.

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