|| Mi alma gemela ||

capítulo 17.

Reproduzcan : De mi - camila

Al día siguiente, me desperté temprano, quería ver nuevamente a Bill.

Ahora que las cosas estaban mejor con que no tenía que dejarse tocar por Andreas, tenía más ganas de verlo.

Me vestí y miré por la ventan.

En ese momento, encontré a Andreas, estaba parado en la acera frente a mí cama, mirándome con despreció.

¿ Qué estaba haciendo aquí ?

En ese momento, un hermoso pelinegro se apareció corriendo hacia él entre risitas, era Bill.

Llegó y lo abrazó fuertemente mientras el rubio le daba cariños y el otro se los respondía.

No tenía que preocuparme.

Habíamos hecho una promesa, y sabía que mi pelinegro la cumpliría.

Los miré un buen rato, tal vez primero dejaría que se quede un poco con el rubio, luego iría con él.

Noté que Andreas le decía algunas cosas en su oído, los cuales hacían reír a Bill, pero en todo ése momento, no se habían separado ni un poco, estaban bastante cerca, me daba la impresión de que podría pasar algo, pero Bill no sería capaz de traicionarme.

Seguí observando, y el pelinegro  le comenzaba a decir cosas al otro, parecían bastante serias, pero luego se encogió de hombros como diciendo que no lo eran.

Y al terminar,  el rubio sonrió, mientras llevaba sus manos hacia el trasero del pelinegro,  el cual sonrió.

— ¡ Pero, ¿ Qué ?! — dije asombrado.

¿ Por qué se está dejando tocar ? Le había dicho que no se dejara, pero, ¿ Por qué seguía haciéndolo? Esto no me estaba gustando .

En ese momento comenzaron a jugar entrelazando sus manos, y Andreas comenzó a decirle otras cosas entre susurros mientras miraba hacia mí.

El pelinegro lo miro y le asintió con la cabeza, y se fueron hacia la casa de Bill.

Esto estaba muy, muy mal.

Decidí seguirlos en secreto para que no se den cuenta.

Bajé hasta la puerta y salí mientras caminaba silenciosamente detrás de ellos.

Al llegar a la casa del pelinegro, me escondí entre los arbustos.

Mientras abría la puerta, Andreas lo tomó desde la cintura y lo besó.

Abrí mis ojos grandemente, observando.

Creí que Bill se haría a un lado y lo dejaría, pero le siguió el beso desesperadamente mientras acariciaba su cabello.

Me quedé viéndolos, dolido y traicionado.

Estaba a punto de ir e interponerme, pero Bill empujó la puerta sin separarse de los labios del rubio y entraron sin dejar de besuquearse y tocarse sin control alguno.

Antes de que se cerrará la puerta, la sostuve sin que se den cuenta y entré. 

Al parecer,  habían dejado un gran rastro de sus salivas que conducían a la habitación de Bill.

Me incliné, de rodillas y apreté mi pecho contra mi mano.

Sentía que el corazón se me quería salir, estaba con el dolor más grande que jamás había sentido.

¿ Cómo podía hacerme eso ? ¿ Por qué me traicionaba ? Después de todas las cosas que hicimos juntos.

¿ Por qué ? ¿ Por qué a mí ? ¿ Qué le había hecho para merecerme algo así ? Quería morirme, era lo peor que jamás me había pasado, era el golpe más duro y crudo que jamás me habían dado.