capítulo 28.

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Estos últimos han sido los más dulces para mí, pasarlos junto a Bill fue de lo mejor, además, con un pequeño con nosotros, bueno, tal vez pequeña, no tengo idea, al final lo dejamos como una sorpresa, pero estaba tan emocionado.

No podía esperar a que llegara el momento de tenerlo en mis  brazos.

Bill también estaba tan emocionado como yo, pero, todavía, nuestros amigos no sabían nada, tendríamos que arreglar las cosas ahora.

— ¿ Hola? — hablé esperando a que respondieran por el otro lado de la línea.

— ¿¡ Tom !? — preguntó andy por el otro lado.

— Sí, hola —

— Cuanto tiempo, ¿ qué paso? ¿ por qué no volviste a clases ? ¿ Todo está bien con Bill ? — preguntó preocupado.

— Todo está bien, tranquilo, es solo que... Bill...— 

— ¿ Qué pasa ? —

— Bueno — Suspiré mientras sostenía el celular con fuerza. — Necesito que vengas, tú los demás, Gustav, Georg, Amy, y... Andreas —

— Okey, iremos lo más pronto posible —

— Gracias — colgué. En eso, una sombra se apareció al lado de la puerta de mi habitación, y un tierno Bill apareció junto a su tierna barriguita con nuestro pequeño ahí dentro.

— Tom, ¿ todo está bien ? — preguntó asomándose a la puerta.

— Sí, están por venir — dije mientras palmeaba mi cama en forma de que el pelinegro viniera y se acostara junto a mi. Y lo hiso.

—  Estoy nervioso por lo que dirán al verme, ya voy casi nueve meses en esto, está bastante grande y puede nacer en cualquier momento — dijo acariando mi pecho con sus dedos. Tomé la mano con la cual me acariciaba y lo mire fijamente a los ojos.

— Todo va a estar bien, estaré contigo en todo momento — besé su frente — Te quiero —

— Yo también — se acomodó en mí. Cerró sus ojos y en ese instante, ambos caímos en un profundo sueño.

Se escuchó el sonido del timbre sonar.

Y volver a sonar. Abrí mis ojos. Bill seguía dormido desde hace dos horas.

Volvió a sonar.

Me miré al espejo, no estaba muy despeinado, bajé las escaleras hasta la puerta.

— ¡ Hola Tom ! — Me saludaron a coro Georg, Gustav, Amy, Andreas y Andy.

Lo cual me hiso abrir mis ojos como platos y el sueño se me fue como si nada.

— Oh Dios — fue lo único que dije.

Y todos vinieron hacia mí abrazándome con fuerza. Después de ese gran saludo, fuimos hacia la sala y conversamos un muy buen rato. Hasta que llegó la hora de decirles toda la verdad. No sería fácil. 

— Tom, cuéntanos por qué te desapareciste por todo este tiempo — dijo Amy.

— Primero, ¿ por qué ustedes nunca vinieron hasta que les dije? Ni siquiera me llamaron, ni un mensaje de texto — dije esperando respuesta.

— Creímos que sería molestia, porque, con lo que pasó con Bill, creíamos que sería mejor dejarte solo un tiempo — dijo Andy.

— Los necesitaba, mejor dicho, los necesitábamos, nos hacían falta, hubieran sido de mucha ayuda — dijo cabizbajo.

— Perdónanos — dijo Andreas.

—  Está bien, les diré todo — En ese momento cuando estaba a punto de decir algo, Bill se parecío un poco despeinado, porque su cabello es despeinado-natural como yo digo. Y algo risueño.

— ¿ Por qué te fuiste ? — preguntó entre un bostezo, sin darse cuenta de que estaba exhibiendo su tierna barriguita entre los demás, quienes miraban asombrados, con la quijada hasta el suelo y los ojos tan abiertos como de los  de un búho. El pelinegro abrió los ojos, y se dio cuenta de todo, dando un pequeño chillido de asombro.

— ¡¿ Estás embarazado?! — preguntaron todos.

— Sí — dijo en seco.

—¿ Por eso es que habían desaparecido todo este tiempo ? — preguntaron.

— Así es — di un suspiro, ahora tendría que decirles toda la historia. La cual tomo un buen rato, además para que los demás lograran entenderlo todo.

— Bueno, es tierno, estamos orgullosos de que al fin pudieran estar felices los dos, y están en busca de otras aventuras — dijo Gustav. Bill sonrió, pero se levantó y se fue hacia las escaleras mientras tocaba con sus manos su vientre.

— ¿ A dónde vas ? — pregunté.

— iré un rato arriba, necesito un poco de reposo, no te preocupes estaré bien — dijo y se fue junto al pequeño perrito que le regalé, el cual era enorme, bueno, ya era mayor, la mayoría de las veces acompañaba a Bill cuando iba a descansar, además era un buen compañero, fue nuestro amigo en todo este tiempo del bebé.

Lo mejor sería dejar a Bill ir, tenía bastante compañía, claro que también estaría atento a él. Pasaron las horas y me encontraba con los amigos disfrutando la tarde, hace tanto que no los veía que ya era tiempo de hablar un rato con ellos y disfrutar.

Pero en eso, se escucharon gritos los cuales me alarmaron.

— ¡¡¡ TOM !!! — gritó Bill. Volvió a gritar, no paraba. Algo malo pasaba. Corrí hacia él, mientras los demás me seguían por detrás. 

El pelinegro se encontraba en la cama gimiendo de dolor.

— ¿ Qué pasa ? — pregunté preocupada.

— Es... es... el bebé... Tom... —

— ¿ Son otra vez esos ataques de dolor ? — pregunté asustado.

— No... es que... ¡ Ya viene Tom,  ya viene ! — gritó. En eso, mi corazón se aceleró,  en mi mente solo se repetía esa última frase:  " Ya viene ".  Pero Tenía que actuar. Llamamos a una ambulancia quien nos llamó hacia el hospital.

También llamé a mis padres.

Quienes llegaron lo más rápido al hospital.

Pero había un pequeño detalle.

No podía entrar nadie a la operación más que una persona, el cual tenía que ser yo.

Pero no sabía nada sobre eso.

Estaría solo y no sabía que hacer.

Aunque, tal vez, habría oportunidad, no dejaría que esta oportunidad se echara a perder.

En esos momentos, no escuchaba nada más que los gritos de Bill y los latidos de mi corazón.

Hice todo por calmarlo, di todo mi esfuerzo,  pero estaba nervioso, pero deje eso atrás.

— Vamos Bill, podemos hacerlo — dije acariciando su mano. —  Sólo un poco más, sé que podemos hacerlo — lo animé, a lo cual el asintió con la cabeza dando más esfuerzo.

En ese momento, todos lo recuerdos que tuve con Bill dieron vuelta mi cabeza, creí que me desmayaría, pero debía ser fuerte, por él.

Pasó un tiempo hasta que, al fin.

Se escucharon llantos dignos de un bebé.

Y en eso, vi a asomar  la cabecita del pequeño, quien estaba cubierto de sangre y se veía algo feito, pero era porque estaba algo sucio. Pero ¿ por qué dije pequeño ? Mejor dicho... Pequeña, mi pequeña, nuestra pequeña.

—  Es una niña Bill, es niña, ¡ es niña !

|| Mi alma gemela || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora