|| Mi alma gemela ||

capítulo 23.

~ Bill ~

Esa noche fue la peor de mi vida, todo estaba bien, pero después, por esa maldita perra de Chan... Chan... no sé cómo será su maldito nombre, tal vez algo parecido a la crema Chantilly, que rico.

Pero ese no es el punto, el punto es que Tom se atrevío a engañarme por una chica ¡ Una chica de tetas enormes, cabello rubio y con increíbles curvas, y eso que yo no tengo ! Estoy herido, no quiero volver a ver a Tom nunca más en mi vida, me quedaré con Gustav, así lo hare y hasta ahora lo estoy asiendo.

— Bill, deberías volver, haz estado bastante tiempo en mi casa, mis padres no tienen problema con eso, pero, te aseguro que no fue la intención de Tom, estaba ebrio, y a los ebrios se le pasa un poco la raya — dijo Gustav mientras traía ositos de gomitas, mis favoritos.

Tomé uno y me lo llevé a la boca. — No — respondí.

— Gustav tiene razón, te quedaste aquí por dos semanas enteras, Andreas tuvo que prestarte su ropa, yo te presté mi maquillaje, y Georg tuvo que lidiar con Tom para que no se atreva a venir a verte, lo cual fue muy difícil — dijo Emy, quien se encontraba junto a mi.

— No importa, no quiero verlo otra vez, el ya tiene alguien más, no me necesita —

— Bill, piénsalo, tu también lo engañaste una vez, conmigo y a pesar de todo, te disculpo — confesó Andreas.

—  ¿ Qué lo engañaste con quién ? — preguntaron todos sorprendidos. 

— Sí, es cierto, estaba peleado con Tom por Bill, quería demostrarle a él que era mío, y me acosté con Bill...

— Y yo me deje hacer todo lo que él me hacía porque quería sentir pasión de otras personas, no fue lo correcto — confesé.

Todos nos miraban sorprendidos, y al mismo tiempo asqueados, se miraron y pensaron un poco, mientras yo seguía comiendo las gomitas echado en la cama de Gustav, mirando a todos, pero al que más miraba era a Andreas, cuando el dijo eso, recordé todo, lo que habíamos hecho, sentir sus labios contra los míos, su piel rosar la mía, y volvía a verlo solo con ver sus adorables ojos color miel que me hacían recuerdo a Tom.

Georg estaba a punto de decir algo, pero lo corté. — Ahora que lo pienso, si él tiene alguien más, ¿ por qué yo no puedo estar con alguien más ?

— No entiendo, ¿ a que te refieres ? — preguntó Gustav confundido.

Me senté en la cama y lo miré.

— Tom encontró a otra persona para él, entonces, yo debería encontrar a otra persona para mí también, y tal vez así, darle celos ¡ Guau, y acabó de pensar en eso último,  soy un genio ! —

— No creo que sea la mejor idea, Bill, en realidad Tom no está con esa perra, él te ama, y si haces eso, puede causar problemas, mejor discúlpalo y problema resuelto — dijo Gustav.

— ¡ No ! Eso es lo primero que Tom piensa que haré, quiero darle celos, para que de una manera u otra vuelva conmigo suplicándome arrodillado, no voy a disculparlo tan fácilmente, estoy tan herido que no será así, le daré celos, y así lo verán.

— No me parece buena idea — dijo Georg.

— A mi tampoco — le siguió Emy.

— Pero tú, Andi, ¿ me apoyas ? — pregunté mirándolo con mi suplicante carita de perrito, eso siempre me funcionaba.

Andreas me miró por un buen rato, acarició mi cabello y abrío la boca para hablar. — No me parece buena idea, Billy, pero, creo que puedo ayudarte  con eso — dijo tomándome de la mano.