Mi vida había sido simple desde que nací. Lamentablemente mi familia no tenía el capital suficiente como para vivir en una parte considerada buena en la ciudad y eramos de las tantas personas que vivíamos en una de las colonias más pobres. Con el tiempo ha ido mejorando, he visto como el progreso ha sido mejorable. Cuándo tenía cinco años prometieron poner un supér mercado que todos esperaban con ansías, para ser un poco más modernos como aquellos del centro de la ciudad, pero no fue hasta casi siete años después que se logro la construcción de aquel dichoso lugar.
Para los habitantes de nuestra colonia, aquello era como conocer algún lugar exótico en el mundo. Pero para mí, era tan ordinario. Había conocido grandes plazas y otras tiendas departamentales elegantes, gracias a las salidas que hacía con mi mejor amigo. Veía con algo de pena a todas aquellas personas que pensaban que comprar ahí era lo máximo. Pero cae más rápido un hablador que un cojo decía mi padre. Como era igual de carente mi economía como la de esas personas, ese fue el sitio dónde compre el regalo de cumpleaños de Javier.
Era el cumpleaños número doce de mi mejor amigo. Teníamos dos meses sin vernos porque me fui con mi mamá a cuidar a mi abuelo durante las vacaciones de verano. Y debía regresar para ese festejo. Para la familia Arcos el cumplir doce años significaba algo de suma importancia. Así que Javi me pidió que por favor estuviese ahí. No podía faltar por nada del mundo.
Deseaba regalarle algo importante para su entrada a la adolescencia. Él me regalo unos tenis demasiado caros para mi cumpleaños. Y yo una simple camisa toda culera. Porque no tenía para más. Pero era todo lo que podía darle en ese momento. Además el cariño que le puse a ese regalo, era inmensurable.
Mi papá me dejo en la entrada de la casa para el festejo. Mi primo me presto una ropa elegante, porque la fiesta era formal. No sabía el significado de esa palabra hasta ese día. "Te ves muy guapo mi niño, ojalá algún día el destino te de una vida que mereces", me dijo papá al acomodarme el moñito de mi cuello. Su mirada reflejaba orgullo y a la vez tristeza de no poder ser él quién me diera una glamurosa vida como la tienen los Arcos. Aunque no tengamos el dinero que ellos tienen, tenemos un cariño que muchos de los miembros de aquella casa buscaban entre si mismos.
La puerta principal fue abierta para mi entrada. El seguridad de la casa ya me conocía y me escoltaba hasta la casa mientras me decía lo bien que lucía ese día. Carlos me recibió abriéndome la puerta como si ese fuera mi segundo hogar.
La fiesta comenzaría a las tres de la tarde. Pero yo llegue desde las diez de la mañana. Javi me dijo que llegará muy temprano para jugar un nuevo juego que compro mientras estaba de viaje y quería que lo estrenemos juntos en su cumpleaños antes que llegarán todos los invitados. Creo que me tome muy en serio mi puntualidad, que Javier no se encontraba en la casa. Su mamá lo había llevado a una misa por la celebración de su nacimiento. De verdad se tomaban como una fecha de demasiado importancia el cumplir doce años para los chicos Arcos.
Rosa había ido a comprar con algunas sirvientas que contrataron para el evento. Iban a llegar a medio día a montar todo para la gran fiesta. Carlos me dijo que podía esperar a mi amigo en el patio trasero, y si quería me prestaba ropa para no ensuciar mi traje. Acepte la primera propuesta, pero me quede con el traje porque no tenía mucho calor y no sabía como volvérmelo a colocar por mi mismo. Tenía tantos botones que mi mamá me ayudo a vestir.
Fui al patio para tomar aire fresco y observar la piscina que tanto me gustaba usar cuándo me quedaba con Javi a convivir en su casa. Había alguien haciendo uso de ella. Un muchacho desconocido estaba nadando de ida y vuelta hacía cada extremo, como haciendo una competencia consigo mismo. Luego de completar su cometido. Un joven alto, con el cuerpo marcado, bronceado y totalmente desnudo sale de ahí para luego observarme seriamente. Yo me quede sorprendido porque su presencia era demasiado imponente. No solo por el hecho de que estuviera sin ninguna prenda. Algo en su mirada me hizo sentir insignificante.
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La extraña Familia Arcos
RandomMiguel se hace amigo del hijo menor de una familia poderosa de apellido Arcos. Esa amistad lo llevará a descubrir cosas inimaginables que ninguna familia normal podría vivir en su entorno. ¿Qué hará cuándo descubra su secreto más grande?