Al salir del baño las cosas seguían algo tensas. Diego noto que mis ojos estaban algo rojos, pero su orgullo era tan que sabía que no me iba a pedir disculpas, porque estaba completamente seguro que él fue el causante.
Nos sentamos en una mesa apartada de todas las demás personas. Todos estábamos en silencio, nadie se atrevía a hablar más que con el mesero para tomar nuestra orden. Luego de la retirada de dicho empleado, Javier tomo el control de la situación, preguntándole a Diego del porque su cara de inconformidad.
Diego pensó sus palabras poniendo un pretexto absurdo, para no quedar mal delante de nadie. Pero Javier tal como dijo se encargaría de todo. "Habla en serio. No tienes que ser así. Si te caemos mal o algo, dilo. Se honesto. Por eso tu primo es mi mejor amigo, es la persona más honesta que conozco en la vida. Nunca ha aparentado delante de mí. Me dice las cosas tal como las piensa. También tú puedes hacerlo".
Nadie entendía que estaba tramando Javier, pero sus palabras dejaron atónito a mi primo mayor, quién se mostró algo apenado por su comportamiento. Tomo un respiro y dijo con total honestidad: "Es que sinceramente siento que no debo estar aquí. Siento que no pertenezco a esta ambiente, no me siento cómodo".
Se notaba que Eric estaba a punto de intervenir, pero Javier en verdad quería liderar en ese momento, que no permitió alguien más hablase, imponiéndose. "Está bien, es valido. Sino quieres darnos una oportunidad lo entiendo. Pero nosotros si queremos hacer este viaje. Puedes continuar si gustas. Y si no, ¿Cuánto necesitas para regresar a casa?".
Por un instante creí que Javier estaba siendo un engreído con Diego. Todos en la mesa quedamos impactados por la actitud de mi mejor amigo. Pude ver en el rostro de mi primo algo de inferioridad y decepción al escuchar aquello. Pero nuevamente Javier tomo el poder.
"No te estoy corriendo ni nada. Solo quiero pasarla bien, y que todos la pasemos bien. No quiero que te sientas obligado a convivir con nosotros. Tengo un hermano, y justo ahora me recuerdas a él. A veces pienso que es un egoísta porque solo se preocupa por si mismo, pero si lo pienso bien, es por su bienestar. Mi familia es tan... no sé, ni siquiera creo que existen palabras para describirnos. Cada quien esta en su mundo y cuándo estamos juntos nos lastimamos. Y no hay nada peor que sentir que lastimas a alguien de tu familia. Yo no quiero te sientas así, de verdad no quiero que luego pienses en tu actitud y te des cuenta que dañaste a alguien que te quiere. Por eso te doy esta opción, porque entiendo que ahora no te sientes bien. Y sé que tus primos, mi hermano, y Joaquín, también te entenderán. Así que eres libre de tomar una decisión. Elijas lo que elijas, todo va a estar bien. Te lo prometo".
¿Era en verdad Javier o algo de apodero de él? Esas palabras no son propias de un chico de su edad. ¿Desde cuándo había madurado tanto para tener esa clase de comprensión? Estaba impactado de ver como estaba manejando las cosas. A pesar de llevar un pañal puesto como si fuese un bebé, estaba comportándose como un verdadero hombre.
Quise decir algo, pero igual debí madurar en ese momento, porque me detuve. No era mi deber intervenir, tenía que dejar que las cosas fluyeran por si solas. Había hecho mucho intentando que mi familia conociera ese mundo que tantos privilegios me otorgo.
Un prolongado silencio llego a la mesa junto con nuestras bebidas y un entremos que el mesero nos había llevado. Diego le pidió amablemente al mesero que por favor cancelará su orden. Dio su respuesta de una manera sutil.
Se despidió de todos dándole las gracias a los hermanos Arcos por la invitación. Efraín iba a levantarse de su asiento, pero fue interceptado por Diego para que permaneciera en su lugar. Haciéndole ver que no por su culpa deba privarse de pasar lo que podría ser un inolvidable fin de semana.
Antes de retirarse totalmente, me pidió de favor que saliera junto con él. Javi le ofreció dinero, pero dijo que tenía el suficiente para regresarse por si mismo. Aquello no era un acto de caridad, a mi amigo realmente le preocupaba mi primo. Le pidió de favor que avisará cuándo llegará, y este le pidió que por favor cuide de nosotros. "Aunque ni siquiera debería preocuparme, sé que estarán en buenas manos".
Con un apretón de manos, se despidieron. Diego le sonrió a mi amigo, quien le devolvió aquella sonrisa afirmando que las cosas entre ambos estaban bien. Pensé que Javier le iba a insistir que se quedará pero no fue así. Con el tiempo logre entenderlo.
Caminamos hasta la salida. Llegamos a un punto donde no había mucha gente. Diego se armo de valor para dejar su orgullo a un lado y poder hablarme con toda la honestidad que había reprimido en su vida.
"Quisiera poder ser cómo tú. Me refiero a que logras ver el lado bueno de las personas, porque no tienes prejuicios. Cuándo supe de tu amigo la neta creí que era un riquillo mamón que solo te veía como su mascota. Ahora me doy cuenta que el de los prejuicios soy yo. Po fa, no dejes que esto arruine tu viaje. Disfrútalo mucho. Que también Efra lo disfrute. Y como dijo Javier, o por lo menos lo que le entendí. Debes buscar tu felicidad, a pesar de que tengas que dejar a otros atrás. Aunque sea tu familia".
"Creo que te equivocas, Javi no quiso dar a entender eso". Replique.
"¿Ves? Vemos el mundo de distintas maneras. Las cosas para mi son muy hostil y tu bondad es algo que espero algún día poder alcanzar"
Me abrazó, no fue un abrazo normal. Pero a mi corta edad no sabía lo que ese contacto significaba. Me acarició el cabello y luego me dio una nalgada corroborando si lo que pensaba que llevaba puesto estaba ahí. Solo sonrió diciendo: "Que buena persona eres". Se dio cuenta del plan de Javier y yo para generar solidaridad con Efraín, pero nunca hablo del tema.
Nos despedimos y regreso a casa. Aunque lo vi irse, no estaba triste, no quería llorar, no me enoje. Fue ese momento que me hizo entender que aunque intentes hacer sobresalir a otras personas, hay personas que por no intentar arriesgarse a vivir nuevas experiencias, quedan estancadas por el resto de sus vidas. Y muchas veces te estancan con ellos. Aunque se trate de la familia, a veces debemos soltar para avanzar.
Aquel día Diego hizo uno de los actos de amor más grande que un miembro de mi familia ha hecho. Tomo la decisión de dejarnos libres para que pudiéramos pasar un grato momento junto con los hermanos Arcos. Es de sabios saber cuándo retirarse, pero dejar crecer a la gente que quieres, alejándote de ellos porque tu persona les afecta, debería llamarse de algún modo.
Regrese al restaurante. En nuestra mesa las cosas parecían más tranquilas. Efraín conversaba con Eric y Javier, los contemple un rato sin acercarme para dejar que se unieran. Me hubiese encantado que Diego también compartiera ese momento, pero no puedo obligar a nadie.
Volví a mi lugar, me preguntaron como estuvo todo. Conteste con la verdad de que todo estaba bien, y estaba completamente seguro que así sería. Mientras mi primo regresaba a su vida normal, Efraín y yo estábamos a punto de recrear momentos inolvidables que nos marcarían para siempre. Y aunque llegará la noche, todo tenía que estar bien. Tal como Javier me prometió.
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La extraña Familia Arcos
RandomMiguel se hace amigo del hijo menor de una familia poderosa de apellido Arcos. Esa amistad lo llevará a descubrir cosas inimaginables que ninguna familia normal podría vivir en su entorno. ¿Qué hará cuándo descubra su secreto más grande?