Asunto De Mujeres

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Al principio pensaba que mi vida era insignificante. Pero ese encuentro con Javier le dio otro significado a las cosas. Para la familia Arcos no era un amigo más del hijo menor. Gracias a mi muchas cosas cambiaron entre ellos. Y no me estoy dando delirios de grandeza, lo puedo afirmar. 

El señor Raúl, o como me pedía que lo llamara don Raúl. Luego del magno evento de su hijo menor, decidió quedarse más tiempo en su casa para convivir con sus hijos. Descubrió que música escuchaba Eric, el video juego favorito de Javier y el libro que leía una y otra vez Marco. También descubrió quien era yo. Me pedía que fuera más seguido a la casa. Y con la transportación de Joaquín, permanecía más tiempo en aquella casa que la mía.

Las aventuras de nuestra infancia terminaron. Javi ya no quería salir de su casa al estar con su familia completa. Para él era un sueño hecho realidad por fin estar los cinco desayunando o almorzando. El comportamiento de Eric había mejorado bastante. Desde su acto heroico, se ganó la confianza y el respeto de su padre. La disciplina había cesado. Y el hermano mayor, era una incógnita.  Permanecía callado la mayoría del tiempo, solo se concentraba en sus estudios y ser el modelo ideal dentro de la familia. Me veía siempre con el mismo rostro de superioridad, solo me saludaba por cortesía, más no le interesaba convivir conmigo. O con alguno de sus hermanos. Era adulador con sus padres, queriendo ser el líder de los hermanos Arcos. Eric se burlaba de él llamándolo "Niño de papí" "Señorito Perfección" "El Robot Marco", porque parecía estar programado para ser el personaje ideal. 

Ha pasado un año desde que descubrí un mundo nuevo. La secundaria nos esperaba a Javier y a mí. Obviamente el asistiría a una escuela privilegiada y yo a una humilde cerca de mi casa. Mi única interacción social había sido con la familia Arcos. No tenía amigos cercanos a mi vivienda, porque después de los Arcos, nadie más se me hacía interesante. Los primeros días de clase fueron una tortura, esperaba salir para dirigirme a casa de ellos y platicarle a Javi como era mi escuela. En la suya tenían desayuno, que podían elegir lo que quieran comer. Gimnasio, alberca, canchas con distintos deportes, psicólogos, lugares para hacer actividades, centros sociales, salones de computo, biblioteca. Bueno, era un paraíso comparado con mi cooperativa que casi no tenía alimentos, además de ser costosos. Una cancha de fútbol que servía para todos los deportes y un salón con computadoras viejas y equipos echados a perder. 

Cuándo me mostró fotos de aquel sitio, quería estudiar ahí. Tuve un impulso absurdo de decirles a mis padres que por favor me cambiaran a ese lugar y recordar su mirada con decepción al no poder ni siquiera pagar una inscripción en ese lugar, es algo que me destrozara por siempre.

Me estaba volviendo caprichoso. Era claro que me afectaba juntarme con los Arcos. Tenía que aceptar que esa no sería mi vida y adaptarme a mi entorno. Y por ironías del destino. Mi mejor amigo me invito a un evento de inauguración en su escuela.

Iban a abrir un salón de teatro para la llegada de los nuevos alumnos. Era una fiesta sencilla para los de primer grado, podían llevar un invitado y Javier me puso como aquel que lo acompañaría. La vestimenta era casual. Quería impresionar a la gente de aquel lugar. Busque mi mejor ropa, pero sentía que no era suficiente. Tampoco quería pedirle la suya a Javier, debía valerme por mi mismo.

Hice lo que pensé que nunca haría. Hurtar en una tienda de ropa. Nadie me vio, hice las cosas de la manera más discreta. Mi consciencia me estaba matando, pero el espejo decía ¡Que estilo! Estaba mal, la superficialidad me estaba ganando. Me había convertido en una de esas personas que Eric tanto criticaba. 

Pero valió la pena. Javi se sorprendió al verme con esa vestimenta, y algunos de sus compañeros de escuela me miraban también. Estaba muy nervioso. Los chicos de aquel lugar lucían tan presumidos, algunos me veían con algo de admiración por mi ropa, mientras otros se burlaban por mi tono de piel. Y aunque otros estudiantes tenían un tono similar, era obvio que yo no era como ellos. Era un simple invitado.

La extraña Familia ArcosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora