La secundaria era una grandísima etapa en mi vida. Cada día adquiría más conocimientos, no solo académicos, sino para la vida misma. Los días de introducción fueron complicados para mí. No me adaptaba con nadie. Ninguna persona de la escuela se me hacía interesante para convivir. Efra era mi único amigo, por ser mi familiar directo.
Debido a su problema nocturno, nos acercamos más como primos. Intentaba integrarme con su grupo de amigos, pero algo en mí sentía que no encajaríamos para nada. Solo me limitaba a escuchar sus platicas sin decir alguna palabra.
Luego de casi dos meses de haber ingresado a esa nueva etapa escolar. Todos en el salón tenían amigos y la mayoría de chicos algún apodo. Yo era el mamón del salón, porque no me interesaba convivir con nadie y según varios alumnos, era un presumido por varias razones. No me veía de ese modo.
El ser sociable es un punto muy importante para un adolescente de secundaria. Eran muy pocos los que eran invitados a salidas o algún evento por otros. Para suerte de Efra, uno de los chicos más cool cómo le llamaban a ese tipo en secundaria, lo invito a su llamada "Men's Night". Que era prácticamente una pijamada entre amigos, donde sucedían cosas "épicas" según los asistentes.
Claramente mi primo tuvo que rechazar la invitación, no podía arriesgarse a que sus compañeros se enteren de los Goodnites. Sin importar que no eran tan notorios, pero un descuido podría causar ser la burla.
Ya Efraín estaba harto de mojar la cama. Se estaba perdiendo de grandes cosas en su adolescencia. Era una tonta pijamada, que por alguna razón para muchos era un evento exclusivo. Solo dormir en la casa de un wey para jugar video juegos o ver porno entre amigos. Nada del otro mundo.
Perderse aquel evento significaba la ruina para mi primo, no tenía el mismo animo de siempre. Me sentí mal y quise hacer algo por él. Pensé en hablar con los hermanos Arcos para que me permitieran pasar una noche en sus casas acompañado de Efraín. Tal vez ellos entenderían sobre su enuresis nocturna y lo harían sentir cómodo entre tantos lujos. Pero no debía depender de ellos todo el tiempo. Sería quemar mis cartas.
Una noche de video juegos, hablar de chicas, comer comida chatarra y pláticas masculinas, era algo sencillo de hacer. Por lo tanto tuve una segunda opción. Visitar a mi otro primo Diego y obtener su apoyo para crear nuestra propia noche de chicos.
Diego es parte de la familia de mi papá, mientras Efraín era de la familia de mi mamá. Eran polos de extremo a extremo, que solo se han visto como en tres ocasiones en fiestas familiares, pero no habían convivido cómo para forjar una amistad. Gracias a mi nexo, eran relativamente familia.
No sabía si hablar primero del tema principal para que Diego entendiera lo que sucedía. Tenía idea de quien era Efraín, pero en si no lo conocía. Casualidad o destino, mis tíos viajarían el fin de semana de aquella fecha donde la Men's Night de los compañeros de Efraín se iba a hacer. Todo se estaba dando, menos la autorización de Diego, quien se mostraba muy indiferente al respecto.
"¿Pijamada? Ya van en secundaria, a esa edad nadie debería usar pijama".
"Ya sé. Pero se le dice así nada más porque sí. El chiste es que podemos pasar una noche chida juntos, jugar mi consola, hablar de tetas, culos, comer hasta reventar ¿Qué te parece?"
"Me da hueva ¿Por qué insistes tanto?"
Tuve que cruzar el límite y confesarle todo a Diego. Era la única forma de que entendiera porque era tan importante que pasáramos esa noche en su casa. Esperaba alguna burla o alguna cara con sarcasmo. Por el contrario me ofreció una madurez que un primo mayor debería de dar. Sin conocerlo bien, empatizó con Efraín. Con un estrechón de manos, llegamos a un acuerdo para hacer nuestra propia pijamada entre primos.
ESTÁS LEYENDO
La extraña Familia Arcos
RastgeleMiguel se hace amigo del hijo menor de una familia poderosa de apellido Arcos. Esa amistad lo llevará a descubrir cosas inimaginables que ninguna familia normal podría vivir en su entorno. ¿Qué hará cuándo descubra su secreto más grande?