Nuevas Experiencias

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Debido al tiempo que había pasado fuera de casa, gracias a mi amistad con Javier. Mis padres no querían dejarme salir. Tenía que entregarle los cigarros a Eric antes de que le dijera a alguien que había robado la consola. Era algo imposible de explicarles a mis papás, por eso tenía que inventar algo para poder ir.

Lo único que se me ocurrió fue decirles que había olvidado algo de la escuela en su casa y me lo estaban pidiendo. Estaban dudando si dejarme ir, entonces se me ocurrió otra gran mentira. Con la cual accedieron. Querían que mi mamá me acompañara, fue ahí que dijo algo demasiado horrible "La van a confundir con una de la limpieza. Mejor voy yo solo".

No sé porque dije eso. Y no sé como fue que papá no me quebró los dientes en ese mismo instante. La presión por llegar a los Arcos me estaba convirtiendo en otra persona. En alguien detestable para mi familia.

Ya sin arrepentimiento de mis palabras. Llegué a casa de los Arcos. Fui sin avisar, así que mi llegada fue demasiado sorpresiva para los que se encargaban de la seguridad en aquel hogar. Rosa me permitió la entrada, me atendió como siempre, a pesar de que Javier siguiera en la escuela. Me dijo ponerme cómodo mientras lo esperaba.

No tenía acceso a su cuarto. Por lo que me tocaba esperar en el patio, distrayéndome con los juegos que habían afuera. Tome el balón de básquetbol, tenía que avisarle a Eric que me encontraba ahí. Pero sin tener celular o algo, era complicado. Lo único que se me ocurrió fue lanzar el balón a su ventana para que me notara.

Me coloque en posición frente a mi objetivo. Tome con ambas manos el balón, tratando de imitar las películas de básquetbol que había visto para tirar el balón de una forma leve sin necesidad de romper un vidrio. El miedo pudo más conmigo, así que desistí de esa idea. Me fui a los columpios a esperar a Javier.

Para suerte de ambos. Eric estaba en la cocina sirviéndose algo de tomar. Salí apurado del columpio y toque la ventana por fuera para que me viera. Su cara de felicidad al verme quedará grabada en mi mente para siempre. Parecía que le había traído la medicina que curaría para siempre su enfermedad.

Apenas llego a mí, ni se atrevió a saludarme, pregunto si había conseguido el paquete. Se lo mostré y casi saltaba de la emoción, solo tenía que disimular por las cámaras y asesorarse de que nadie más se diera cuenta.

Me dio una explicación que dejase la caja en el baño de la casa. En un lado especifico. El pondría un pretexto para entrar, ya que sospecharían porque tenía su propio baño en su habitación. Me dirigí al baño, hice lo que me pidió. Unos minutos más tarde entro. Yo volví a entrar para corroborar que los había obtenido y efectivamente, lo logramos.

Cómo parte del trato me entrego los controles de la consola y me dejo quedarme con el dinero. Me invito a entrar a su habitación, y me enseño su plan para fumar sin ser descubierto. Estaba realmente feliz de volver a probar aquel químico.

Tal vez había hecho algo mal en hacer que Eric volviera a caer en los vicios. Pero me daba igual en ese momento, ya que por fin tenía una consola completa para mi solito.

Tenía que esperar a Javier para que no se vean las cosas tan sospechosas. Yo solo quería ir a casa a jugar. Aunque también estaba ansioso por contarle a Javier lo que me había enseñado mi primo.

Al igual que Rosa y los demás, se sorprendió por mi presencia. No supe que inventarle y lo primero que le dije era que quería platicarle la experiencia que tuve con Diego. Él ya sabía que nos crecía vello púbico y que nuestro cuerpo cambiaba. En su escuela le enseñaban más cosas que en la mía. Pero nunca había visto en vivo, ni siquiera a sus hermanos, porque cada uno está en su propio mundo.

Quería conocer a Diego, le parecía alguien sabio para lo que le había contado. Dice que su escuela esta llena de inmaduros con los que es imposible hablar un tema serio. Solo hablan de dinero, ropa, riquezas, cosas que le parecen absurdas.

La extraña Familia ArcosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora