Hermanos, Primos, Amigos

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"Javier Arcos no es cómo cualquier chico millonario de su edad". Sin importar la época, podía decir eso de mi mejor amigo. Delante de mí, era él mismo sin ocultar nada. Aquel día regreso a los pañales que tanto le agradaba usar cuándo era más pequeño. 

Aunque no quería aceptarlo, cuándo los usaba, se comportaba de una manera algo distinta. Salía un lado más inocente de él. No se lo podía decir porque aquello cambiaría su perspectiva permitiendo que no los disfrute como se debe.

Pasamos una noche como las de antes jugando video juegos, mientras platicábamos de como era la vida de un adolescente. Ambos estábamos en la misma situación de estar sin pareja. Cosa que le preocupaba por la presión social que ejercían algunos compañeros.

"Creo que ninguna chica querrá salir con unos weyes que todavía usen pañales".

"No es como que los uses todo el tiempo y toda la vida. Tenías años sin usarlos".

"Lo sé, pero no sé. Siento que si alguien más se enterara, sería...  no sé".

A Javi le importaba mucho lo que pensarán los demás, me preocupaba un poco cuándo se ponía en ese dilema, ya que aquello no le permitía ser libre. Cómo todos los chicos de nuestra edad quería experimentar lo que es tener una novia, también yo. Pero mientras eso sucedía podíamos disfrutar de otras cosas.

Y hablando de disfrutar. Seguí con la idea de que vayamos las dos familias a pasar el fin de semana que tanto queríamos llevar a cabo. Así que debía ser yo quien tomará el timón para guiar el barco sin que este se hunda. 

Con la influencia de los Arcos podría lograr un crecimiento para mis primos. Es un pensamiento egoísta que cualquier adulto a tener la oportunidad, aprovecharía. Como estaba creciendo me daba cuenta de que las carencias en mi familia podían aumentar sino cambiaban las cosas. No quisiera que por generaciones se comente la pobreza heredara por nosotros.

Nunca le haría daño a Javier. Siempre será aquel niño noble que dormía tan inocentemente y seguro como un bebé luciendo como uno. Aquella noche vi diferente a mi mejor amigo. Tal vez por la influencia de Carlos y Rosa, pero se me hizo tan tierno. Cómo si fuese un infante de verdad. Quería protegerlo, cuidarlo de todo mal. Y por primera vez  tuve miedo de convertirme en ese mal.

Tuve una pesadilla que no logro recordar bien. Sé que escapaba de algo, y ese algo era como que mi futuro. Alguien atroz, abusador, avaro, desgraciado, algo que me asustaba convertirme. Huía de él, porque me iba a hacer daño. Tal vez era una premonición. 

Quizás fue casualidad que amanecí con el pañal mojado. De seguro mi mente lo hizo a propósito sabiendo la prenda que estaba utilizando. No quise esconderme de Javi y le dije que me había orinado encima mientras dormía. Solo se mostro un poco sorprendido, afirmando que él estaba seco. Pero para estar a la par dijo que me esperara, se quedo quieto un rato. Después de un silencio aunado con una corta seriedad, mostro una cara de alivio.

"Listo. Ahora yo también estoy hecho pipi". 

Ese tipo de actos y la confianza que hay entre los dos para hacer cualquier cosa sin juzgarnos, demostraba lo única que era nuestra amistad. Con nadie más compartiría una mañana usando un pañal sucio. 

Nos metimos a bañar juntos y luego hablamos del viaje. Fuimos a la habitación de Eric para comentarle la idea. Enseguida puso a preparar una maleta diciendo cuánto deseaba salir de su hogar para ir a cualquier sitio con nosotros. Ni siquiera le iba a avisar a mis primos, simplemente iría por ellos para casi secuestrarlos y llevarlos.

Hubo un puente por las fechas festivas. Javier hablo con mis papás. Yo hable con los suyos. Como era de esperarse el hermano mayor de los Arcos se opuso, pero Eric dio un discurso logrando que aceptaran él dejarlos ir. Además amenazó con suicidarse si no les permitían hacer el viaje.

La extraña Familia ArcosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora