Hermanos

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Debía hacer algo para que Javier olvidará la idea de beber alcohol. Aunque una parte de mí, también tenía curiosidad de probarlo. Si mis familiares y la mayoría de la gente de mi colonia lo hace ¿Por qué yo no?

Esperamos que todos estuviesen dormidos para ir a la cocina. A diferencia de su hermano, Javier sabía la posición de las cámaras para no ser visto. Logro tomar una botella y corrimos hacía su cuarto. 

Anteriormente desde que esa ha sido su habitación. No había puesto seguro hasta aquel día. Sus papás casi no se pasaban ahí, y solo Rosa y Carlos a veces entraban. Pero no en las madrugadas, a menos que él necesitará algo.

Yo fui el encargado de abrir la botella. Tenía un olor medio raro. Leí la etiqueta para ver que íbamos a consumir. Vodka de sabor mandarina. Por el contenido, creímos que solo debíamos tomarlo así solo. Al darle el primer trago, me quemo un poco la garganta, pero tenía un sabor agradable. Le pase la botella a Javier e hizo lo mismo.

Supuse que por sus gestos de desagrado a la primera prueba iba a decir que era suficiente. Pero Se arriesgo a volver a probar para comparar si efectivamente sabía mal o fue solo su imaginación. 

Fue así como entre los dos, nos acabamos media botella. Javier fue el que tomo más de los dos. Sugirió ir por otras botellas para comparar los sabores. Yo ya no me sentía bien. Mi vista estaba algo opaca y sentía que mis palabras no coordinaban. Le pedía que desistiera, pero aun así fue él solo a buscar otro botella.

Me sorprendía que estuviese mejor que yo, siendo el que más tomo de ambos. No quería ni moverme de donde estaba sentado. Sentí que llego y me dio a probar otra bebida más oscura y con un sabor más dulce. Ese fue el detonante para que provocara en mi un asco total en mi boca, provocando que vomitara encima mío. A Javier le dio asco verme todo lleno de vomito que no pudo evitar hacer lo mismo. 

Ambos nos miramos y reímos unos segundos, pero las risas fueron reemplazadas con llanto. No sé porque razón comenzamos a llorar, no recuerdo quien empezó con el llanto y quien le secundo. Para nuestra suerte, fuimos descubiertos por Carlos.

Enseguida noto el desastre que habíamos hecho en la habitación. Alarmado llamo a Rosa quien a su vez le informo a los señores Arcos de lo sucedido. La señora Arcos se encontraba en una fiesta con sus amigas, le dijo a los mayordomos de la casa que por favor se encarguen de todo y tomen cartas en el asunto. Ella llegaría en la mañana para hablar seriamente con su hijo menor. 

Por su parte, el señor Arcos quién estaba de viaje como siempre. Pidió que revisaran las cámaras de seguridad, investigarán que sucedió y en base a ello responsabilicen al culpable. Cómo el amo mayor lo ordenó. El encargado de la vigilancia en la casa, reviso las cintas. Toda la evidencia dictaba que el responsable era Javier, fue él quien tomo las botellas. 

Mientras él se encargaba de revisar e avisar al señor Arcos. Javier y yo volvimos al a bañera, esta vez con ayuda de Carlos quién nos estaba limpiando, mientras Rosa aseaba la habitación después de todo lo sucedido.

El baño ayudo bastante, y seguir vomitando también. Me sentía menos mal y recobre un poco la consciencia. No total, pero me quedan algunos flash de esa noche. 

Desperté en la cama junto con Javier. A mi lado se encontraba la famosa señora Arcos viéndonos molesta. Y también ebria, porque ella es así. Me dolía la cabeza, pero recuerdo bien el miedo que me provoco su mirada. Tome una almohada y me la puse encima.

"¿Quién eres tú?" Me preguntó y no tenía ganas de responder. "Es el amigo de Javier, el que tanto le ha platicado". Respondió Carlos por mí. Ella comento que no recuerda haber escuchado de mí antes. O no quería aceptar que era una madre descuidada que nunca había escuchado a su hijo menor. 

La extraña Familia ArcosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora