Deja vú

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[CAPITULO 5]

El sueño comenzó a hacerse presente luego de que Damián me explicara en que iba a consistir la pequeña tarea que debía hacer dentro de su oficina, sentada enfrente de él durante las próximas dos horas y media. Estaba organizando una gigantesca carpeta que contenía solicitudes que habían tenido los dos últimos meses dentro de la empresa, las cifras numéricas y las cientos de letras pequeñas impresas en el papel estaban haciendo que mis ojos comenzaran a cerrarse.

"Maldito sueño de mierda que aparece cuando menos lo quiero".

Mi estómago comenzaba a doler por el hambre y no tardaría demasiado en comenzar a gruñir para exigir comida; me estaba aburriendo a pesar de que el jefe me hubiera puesto una tarea que me haría pasar el tiempo en lo que Kate salía de su reunión, aunque a decir verdad no quería que las horas pasaran rápido, no quería permanecer encerrada en una elegante oficina con la apática hija de Clark.

¿Tienes hambre? —el moreno hombre volteo a verme dejando a un lado las infinitas labores que estaba haciendo aquella mañana.

Algo, solo desayune un café y un panque.

Asintió con su cabeza y tomo su teléfono alámbrico marcando un par de números, me sonrió dulcemente mientras esperaba al otro lado de la línea una respuesta—. Lilia, ¿podrías traerme dos cafés, tostadas con mermelada y un coctel de frutas?...Sí, a mi oficina por favor.

—No tenía por qué molestarse en pedirme un desayuno.

—Te lo digo por experiencia, nadie puede trabajar bien si tiene el estómago vacío —su penetrante mirada se clavó en mis ojos causándome una cierta incomodidad, no quería desviar mi mirada o pensaría que me estaba cohibiendo ante sus orbes marrones—. Bien, en lo que traen nuestro desayuno, podríamos aprovechar este pequeño descanso para conocernos mejor —se recargo en su silla tomando una postura mucho más cómoda y relajada, pero obviamente sin perder la elegancia—. Cuéntame de ti.

¿Contarle de mí? Tenía que inventar una historia sumamente creíble, una que no sea tan complicada de recordar pues si llegaba a olvidar algún pequeño detalle de mi vida falsa tal vez él o alguien más se den cuenta de que estoy mintiendo respecto a mi identidad.

Específicamente, ¿qué le gustaría saber?

—Pues, no sé, tal vez de tu familia, tus gustos, que te gusta hacer, lo que sea está bien —sonrió amable.

Aamm pues, mis padres fallecieron hace un par de años, mi padre por una enfermedad y mi madre en un accidente, así que quede bajo la custodia de mi tío —vaya puta mentira se estaba comiendo el hombre de gran poder—. M-me gustan las cosas sencillas y no tan ostentosas, disfruto las caminatas por el parque y tomar café en la mañana.

Si hubiera entrado a un concurso de presentaciones, estoy totalmente segura de que la mía hubiera perdido por ser una mierda por falta de originalidad, no era la mejor, pero fue lo único que se me ocurrió en ese pequeño momento.

Lamento lo de tus padres, debió ser una perdida dolorosa —asentí fingiendo algo de nostalgia para hacer más creíble el falso sentimiento de pérdida—. Pues a diferencia de ti a mí me encantan las cosas ostentosas y lujosas, también disfruto del café en la mañana, pero odio caminar por los parques, más aun cuando la tierra puede ensuciar mis zapatos.

Damián parecía ser esa clase de hombre que prefería mantener un margen y una imagen sumamente perfecta, no aspiraba a hacer las cosas que alguien normal haría en su vida cotidiana, pues eso sonaba a ser una rutina monótona y aburrida. Él parecía disfrutar más de todos los lujos que su millonaria empresa pudiera darle, parecía apasionarle la extravagancia y lo contemporáneo.

Mi Próxima Misión |2° TEMPORADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora