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[CAPITULO 11]

A primera hora en cuanto el sol ilumino toda la ciudad, las ajetreadas tareas se hicieron presentes haciendo sonar mi celular constantemente por interminables mensajes y llamadas de las personas de servicio que me estaban ayudando con los preparativos para el gran día de ascenso de Kate.

Tuve que pasar a un Starbucks y comprarme un enorme café cargado para intentar que mis ojos no se cerraran durante todo el día.

Las cosas en la empresa estaban siendo un caos, empezando porque la mayoría de los empleados se sentían algo nerviosos y aterrados porque ahora Kate sería la vicepresidenta de Bienes y raíces Dankworth, lo cual de manera automática suplantaría más estrés en todos los trabajadores, especialmente en aquellas personas que trabajaban en específico para la rubia.

Con la ayuda de Lilia tanto los preparativos, como el bufet y recibir a los empresarios y socios de Damián se había vuelto una tarea menos complicada, pues mientras yo hacía una cosa ella hacia otra, ayudándome a cargar con la enorme responsabilidad que dudo un pasante normal pudiera tomar sin terminar arrancándose los cabellos de la cabeza.

Faltan por llegar el señor Smith y su esposa, el señor Collins, Ramírez, Nicolson. ¡Puf! Creo que solo faltan como quince personas por llegar —habló Lilia mientras caminaba a un lado mío a pasó apresurado, sostenía con fuerza la carpeta que llevaba en sus manos leyendo con suma rapidez la lista de invitados—. Pero todo lo demás ya está cubierto.

—De acuerdo, solo me falta preparar las diapositivas y asegurarme que todo el bufet ya esté listo —ambas entramos a la enorme sala donde se llevaría a cabo el nombramiento, el cual había sido decorado de manera sencilla pero elegante.

Y también falta esperar a que tu invitado llegue —detuve mi paso y Lilia hizo lo mismo torpemente, la mire confundida sin entender a qué se refería con "invitado" y ella solo abrió sus ojos con sorpresa y preocupación—. No me digas que no trajiste a nadie.

— ¡No! Porque a mí nadie me dijo que debía traer a alguien.

—Bueno, pues tienes que, ya que tu tutor, osea Damián, será el acompañante de Kate lo cual hace que tú te quedes sola.

— ¿Y no puedo quedarme sola?

—No, todos traerán un acompañante, yo traje a mi esposo que no tardará en llegar, así que será mejor que busques a alguien pronto.

"Santa mierda".

¿A quién se supone que debía traer? Sería más sencillo si Mark estuviera aquí y pudiera acompañarme a escuchar extensos discursos y degustar costosa comida, pero no, porque él ahora mismo estaba en una misión. No tenía muchas opciones, a decir verdad no tenía ninguna opción, no podía salir a las calles y pedirle a un extraño que sea mi acompañante para un evento en una de las más prestigiosas empresas económicas, sin duda me tomarían como loca e huirían de mí.

Llamada...

— ¡Hola nena! ¿Sucede algo?

—No, bueno sí. Tal vez suene algo loco y descabellado esto que te voy a pedir pero eres la única persona a quien puedo recurrir ahora.

—Bien, te escucho.

—Habrá un evento donde me hago pasar por pasante y apenas me acabo de enterar que estoy obligada a traer un invitado, así que, ya sabes, quería pedirte que si podías ser mi acompañante.

Mmm no lo sé Aly, sabes bien que las calles son muy peligrosas para mí, ¿y qué pasa si alguien me reconoce? Ambos estaríamos muertos.

Mi Próxima Misión |2° TEMPORADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora