Nessa es una de las mejores prostitutas de la ciudad de Los Ángeles. En su diccionario no existe la palabra sumisa hasta que conoce al más temido de la ciudad Tom kaulitz.
—Esparcir por todo el cuerpo, dejando su piel brillante y ardiente para su dama— balbucee leyendo la etiqueta de un spray que compre.
¿Se preguntarán por que?, digan que si, bueno le habia dicho a mi Nessita, que estaba muriéndome del sueño, pero en realidad no era así, estoy planeando una sorpresita algo sucia, así que esta tarde fui a comprar varias cosas a una Sex Shop, que vi por internet, si sus novios no hacen eso, no las quiere, así de simple mija.
Comencé a colocar el spray por mi abdomen desnudo, —Supongo que esta mierda es así—murmuré viendo mi cuerpo en el espejo.
Tranquilas mis guapas lectoras
Termine de colocarme eso y prendí unas velas aromáticas para decorar la habitación, sacando unas cosas de las cuantas que compre en la bolsa, no les dire que.
—Mierda las rosas— busque por todas partes, pero no estaban las putas rosas, hasta que recordé, que las dejé en la habitación de Bill, mierda.
Salí de la habitación silenciosamente, no quería hacer el menor ruido, por que Ness estaba abajo y no tardaría en subir, tenía que ser rápido, toque la puerta repitadas veces, pero no me abría el cabrón.
—¡Pinche emo abre!— susurre en un grito, detrás de la puerta.
Este abrió la puerta de golpe, con la peor de sus caras, tenía toda su cabello revuelto, hecho un desastre , lo había despertado, le dediqué una sonrisa inocente, este solo me tiro las rosas en el rostro, cerrando de un portazo en mi rostro.
—Las hormonas— murmuré volviendo a mi habitación, que se encontraba al lado, cerré la puerta lentamente, volviendo rápidamente a lo mío, me giré y ¿que mierda?.
Gustav estaba husmeando en todas las cosas que había comprado, este giro divertido, jugando con un vibrador que tenía una cola de zorro, no pregunten por que compre esa mierda, a mi novia le gustan las cosas exóticas.
—Este te va a meter Nessa por el culo frentón— burló, haciéndome soltar una carcajada nerviosa, rápidamente lo perseguí por toda la habitación, pero este salto a la cama.
—¡¡Fuera de aquí cara de nalg-!!— fui interrumpido , cuando me lanzó el objeto, lo tome y burlé persiguiéndolo por la habitación.
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—¡¡Zorro no te lo lleves!!— burló tomando su estomago de la gran carcajada, solté una risa nasal, no por la mierda de chiste que se tiro mi mejor amigo, si no por que Gustav cuando ríe, se coloca como camarón y su risa suena como tetera.
