Caputulo XI

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Foolish estaba en su hogar preocupado por la llegada de la menor, no sabía nada de ella desde la mañana y ya era un poco tarde, la lluvia estaba empeorando.
Pasado unos minutos, se abre la puerta detrás de él dejando ver la silueta de la menor.

—Leo! You're back! Where have you been?!//¡Leo! ¡Volviste! ¿¡Donde te habias metido?!— se acerca y empieza a examinarla para ver como se encontraba.

—Eso no importa, me tengo que ir— se aleja de su padre pero este la toma del brazo.

—Leo, stop being like that with me and tell me why you behave that way.//Leo, deja de ser asi conmigo y cuenta porque te comportas de esa manera.— su voz era seria.

—Problemas pero es lo de menos en este momento, quiero estar sola— se suelta del agarre del mayor y se dirige a su cuarto para encerrarse.

Foolish sentia un pequeño enojo debido al comportamiento de la menor pero a la vez se preocupaba del porque, que tal si era su culpa y esta no se lo cuenta; decide despejar su mente y sin importar el clima que estaba afuera sale de casa dejando a la pequeña en casa sola.








Pasaron algunas horas y Leo estaba en su cama esperando la llegada de su padre para seguir en marcha con su plan, pero no tuvo que esperar demasiado tiempo ya que minutos después se escuchó la voz del mago dando a entender de qué ya había llegado.

—¡Ya estoy en casa!— alza la voz para despues dejar sus cosas y tomar asiento en uno de los sofás.

—Bien...— se dice a si misma y sale de su habitación para recibir a su padre con carta en mano.

—Hola Leo, que gusto verte eh— habla para dirigir su mirada nuevamente a su teléfono.

—Si... Papá, quiero darte algo— se acerca lentamente a su padre.

—¿Que es?— no levanto su mirada.

—¡Ash!, podrías ponerme atención en vez de estar con el teléfono— se queja

—No me levantes la voz muchachita, dame lo que me tengas que dar y te vas a tu habitación— alzo su voz sin mantener contacto visual de nueva cuenta.

—¡No me estas poniendo atención!  ¡Hazme caso y deja eso ya!— su paciencia era poca.

—¡No me grites! ¿¡Que carajos quieres?!— grita mirando a la menor.

—¿¡Porque me estás dejando de lado?! ¡Se supone que soy tu hija y tienes que prestarme atención!— grita de igual manera haciendo que su padre se levante.

—¡Ya cierra la boca! ¡Dame la mierda que me quieras dar y lárgate a tu cuarto! ¡Tengo asuntos más importantes que resolver en vez de estar perdiendo mi tiempo contigo!— su padre había perdido la paciencia.

—¡Es esta estupida carta! ¡Ya estoy harta de estar aquí! ¿¡Donde esta el padre que tanto me consentía!?— avienta la carta a este mientras que pequeñas lagrimas salían de sus ojos.

—¡Ese padre ya no existe y cuida tu vocabulario! ¡Si ya no quieres estar aquí toma tus cosas y largate, por mi no hay problema!— había llegado al extremo.

—¡Ya no puedo confiar en ninguno de mis dos padres! ¡Eres el PEOR padre que he tenido, ojalá te pudras en el infierno!— sus palabras habían sido el motivo del porque su padre la había callado con una cachetada.

—¡No me faltes el respeto y lárgate a tu puta habitación de una vez!— dice sin más.

—¡Te odio!— se va a su respectiva habitación mientras que más lagrimas resbalaban por sus mejillas.

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